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Opinión | TAHIRA VARGAS GARCÍA

El mes de octubre nos recuerda la imposición desde la violencia y la expoliación de la cultura hispánica en la Antillas. A pesar de ello, las raíces culturales de los grupos originarios y de las etnias africanas que llegaron en condición de esclavitud tienen vigencia en nuestra cultura, música y poesía desde distintas expresiones.

 Uno de los grandes poetas que visibiliza la negritud, la identidad antillana y afrocaribeña es Nicolás Guillén. Su obra se recrea y conecta con expresiones culturales de las comunidades en Cuba a través de la Fundación Nicolás Guillén.

La semana pasada celebró su extensión y representación en República Dominicana.
La apertura de la Fundación Nicolás Guillén se realizó con manifestaciones artísticas en Haina y Santo Domingo desde la reflexión sobre la conexión entre Nicolás Guillén, Pedro Mir y Juan Bosch y exposiciones de intelectuales cubanos/as y dominicanos/as.

Estos tres grandes representantes de la literatura antillana desde su obra muestran los dilemas de nuestra identidad afrocaribeña que hoy tienen mucha vigencia en nuestra realidad cultural. Su conexión literaria e histórica desde la amistad y su obra ofrece la mirada a nuestras raíces y lo que nos une en ella, la historia y cultura compartida entre Cuba y República Dominicana. La reflexión de esta relación entre estos tres escritores fue posible en escenarios académicos como UNAPEC que apoyó esta iniciativa de la Fundación, así como la Fundación Juan Bosch, la Fundación Friederich Ebert y el Centro Cultural de España.

Grupos de jóvenes que desde la representación teatral le dan contenido y vida a la poesía “Hay un País en el Mundo” de Pedro Mir, poema “Songolocosongo” de Nicolás Guillén, unen así estos dos escritores desde el tiempo y el espacio recreando su vigencia en nuestra cotidianidad y nuestras nuevas generaciones.

Igualmente nuestra cantautora Xiomara Fortuna refleja esa conexión desde la música con musicalización de poemas de Nicolás Guillén y de Pedro Mir.

La Fundación Nicolás Guillén abrió sus puertas desde Haina, en este municipio encontramos una gran riqueza cultural desde iniciativas particulares de grupos de danza, teatro, grupos de atabales, mujeres artesanas, que se empoderan desde su identidad afrocaribeña y vinculan estas manifestaciones culturales con la educación y con la vida cotidiana.

El fortalecimiento de este vínculo entre las Antillas, específicamente Cuba y República Dominicana, entre Nicolás Guillén, Pedro Mir y Juan Bosch y entre la poesía, la música, el teatro y la juventud desde la escuela y la vida cotidiana es una necesidad. Se quiebra así el afán de ocultar nuestra identidad afrocaribeña e invisibilizar las manifestaciones artísticas y culturales de las comunidades que ofrecen resistencia.