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Opinión | Bienvenido Scharboy

Al parecer Sonia Pierre, esa dominicana de ascendencia haitiana que siempre llevó con orgullo su negritud. Esa defensora de los derechos humanos y luchadora sin dobleces contra la discriminación, el racismo y la xenofobia, a tres años de su fallecimiento, sigue causando temor a sectores seudo nacionalistas y patrioteros, porque saben que su ejemplo cada día se multiplica en hombres y mujeres que siguen alzando su voz de rechazo a la política de desnacionalización de hijos e hijas de migrantes haitian@s nacid@s en el país.

Un ejemplo de lo que afirmamos es que la noche de este jueves, una mujer, respondiendo directrices de quienes tras la sombra promueven el odio racial y la intolerancia, utilizó de instrumentos a tres jóvenes (un varón y dos hembras) para tratar de boicotear el acto de homenaje a Sonia Pierre, que realizó el Movimiento de Mujeres Dominico Haitianas (MUDHA), en el Salón Aries del Hotel Barceló Santo Domingo (antiguo Lina).

Las dos jovencitas y el joven, en abierta provocación se colocaron en una esquina del salón con sendas banderas dominicanas, para buscar un pretexto que les permitiera boicotear el acto si había una merecida respuesta contundente contra ellos, aunque la mujer que los dirigía nunca penetró al salón, en aparente acto de cobardía.

También los tres instrumentos de los grupos seudo nacionalistas y farsantes, cuando quien suscribe esta nota intentaba tomarles fotos, se tapaban la cara, replicando la actitud cobarde de su jefa.

Al ser ignorados por las organizadoras del evento y una parte del público asistente, que se dio cuenta de sus malsanas intenciones, la mujer, con apariencia de ser de clase media alta, a diferencia de sus jóvenes marionetas, les ordenó salir del salón, tras lo cual los alcanzamos en el lobby del hotel para preguntarle por qué se tapaban la cara y el joven, en un fugaz estado de valentía nos inquirió ¿Usted es de Acento? A lo que respondimos que estábamos en el lugar como periodista independiente.

Sin embargo, el caballerito no se conformó y mientras la dama sonreía, entonces nos acusó de ser “Acento haitiano”, en referencia burlona al portal noticioso Acento.com. Mientras este “diálogo subido de tono” transcurría, una de las jovencitas, que nunca se dejó ver la cara, abandonó rápido la escena, y a sus acompañantes, al parecer sin cobrar su recompensa.

Pero, las cosas no de pararon ahí, porque el joven se puso rabioso cuando le increpamos que cómo era posible que siendo ellos tan “nacionalistas” sostuviera la Bandera dominicana con el color azul en la parte superior equivocada, y al intentar subirse de tono y amenazante frente a algunas personas, le contestamos que tratara de no equivocarse porque si no “lo explotábamos”, pero al retirarse la “señorona” con sus secuaces, “las aguas no llegaron al río” y no hubo necesidad de utilizar “otros métodos persuasivos” contra este provocador pagado.

Previo a este intercambio verbal, en el interior del salón, el joven se afanaba en tomarnos fotos, mientras hacíamos lo mismo con el grupito, no sé con qué propósitos, porque a diferencia de ellos tenemos más de 30 años defendiendo nuestras ideas, y los derechos de los excluidos y las excluidas, sin temor a dar la cara, como cobardemente ocultan sus rostros, ellos y los autores intelectuales de estos actos de intolerancia, antidemocráticos, y con ribetes fascistas.

Este texto está acompañado con algunas imágenes del caso que hemos denominado “Las caras de la intolerancia”.