La Constitución de la República Dominicana plantea en su artículo 39 lo siguiente: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacionalidad, vínculos, familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o persona”. (Asamblea Nacional de la República Dominicana, 2010: 14).
A pesar de que nuestra Constitución plantea el derecho a la igualdad y por tanto sanciona la discriminación por cualquier razón vinculada a lo sexual, género, religioso o étnico, esta esencia democrática y de promoción de la igualdad tiende a ser obviada o desconocida por muchos dirigentes políticos. Por el contrario encontramos en plena campaña electoral candidatos que exacerban el discurso antidemocrático y discriminatorio a pocos días del proceso electoral.
La gran pregunta es ¿cómo a pocos días de unas elecciones se puede dar una tendencia a desconocer y contradecir la Constitución de la República con discursos discriminatorios hacia candidatos, funcionarios, diplomáticos y personas por su opción sexual? ¿Desconocen la Constitución de la República?, ¿promueven la violación de sus disposiciones?
El rechazo y la intolerancia hacia la diversidad sexual tienen implicaciones que trascienden el análisis de las opciones sexuales y apuntan a fortalecer posturas y actitudes al interior de la sociedad dominicana de discriminación y segregación social en general.
La diversidad y el respeto son valores que en los últimos años han sido reconocidos desde el marco de los derechos humanos. Se identifican como resultado de la necesidad de una mejor comprensión de las relaciones entre las personas y los grupos.
La intolerancia tiene como fundamento el rechazo a todo aquello que se considere diferente y con este argumento se justifica la discriminación. Una persona intolerante no acepta la pluralidad como marco de convivencia, no reconoce que en la diversidad se encuentra la posibilidad de enriquecimiento social en todas las esferas.
La discriminación que se comete en contra de las personas por sus identidades sexuales es conocida como homofobia que son todos los actos que limitan el acceso, goce o ejercicio de los derechos humanos relacionadas con estos grupos.
Las declaraciones homofóbicas de dirigentes políticos en vez de favorecer la promoción de “valores familiares” fomentan la agresividad, la intolerancia y la discriminación hacia otras personas solo por ser diferentes. Estas actitudes no son valores, son antivalores y no favorecen a una mejor convivencia social, ni a una disminución del clima de agresividad y violencia, por el contrario deterioran la armonía social y debilitan la democracia.