Una lista de debilidades de la sociedad dominicana que influyen el porvenir del 2015, son:
Primero, la incapacidad de la economía para generar suficientes empleos, considerando que cada año entra al mercado de trabajo más de 100 mil personas (400 mil en cuatro años) y el gobierno promete que la actividad económica generará 400 mil empleos en cuatro años, dejando la misma tasa de desempleo.
Segundo, una calidad de gasto deficiente. El gasto público está preso del clientelismo del partido oficial que actúa como una corporación. A esto se le agrega el gasto en campaña de varios ministros y de la reelección, lo cual ilegitima aumentar los impuestos, ya esos recursos se perderán en la vorágine del clientelismo.
Tercero, la falta de movilidad social. Entre 2000 y 2013, el PIB se multiplicó por 1.9 veces, pero la población No pobre que va formar parte de la clase media quedó igual mientras que la población pobre se multiplicó por 1.5 veces. Esta situación determinó, que toda la población adicional entre 2000-2013, equivalente a 1.5 millones de personas (de 8.3 a 9.8 millones) nació en condiciones de pobreza, al pasar la población pobre de 2.6 a 4.1 millones. Cuarto, el régimen de impunidad, el control de la corporación política oficial de las “Altas Cortes” y de la justicia así como la corrupción deterioran aún más la institucionalidad del país. Además las leyes no se cumplen y no pasa nada y las “reformas” son letra muerta.
Quinto, los servicios públicos deficientes y el crecimiento anárquico de las ciudades crean barrios invivibles, ciudades hostiles e inseguras que deterioran la calidad de vida de la población.
Sexto, la falta de cohesión social y territorial, destruye la solidaridad y el sentido de pertenencia, crea desesperanza y se expulsa a la población.
Además, el éxito basado en el esfuerzo personal se desvaloriza y “desterritorializa”. Hay que emigrar para que el esfuerzo personal tenga valor.
Séptimo, los bajos salarios y la desigualdad social generan marginalidad y exclusión social. El poder adquisitivo del salario por hora en 2013 es equivalente al del 1991 y la desigualdad del ingreso coloca a RD entre los primeros 26 países más desiguales del mundo.
Octavo, la desigualdad, la marginalidad, la impunidad y la corrupción, generan una inseguridad ciudadana creciente.
Noveno, una dirigencia política ultraconservadora y fundamentalista en el partido oficial cuya lógica del poder es la eliminación de derechos a la ciudadanía.
Tremendos desafíos.
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