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Opinión | Por Gisell Rubiera Vargas, M.A.

 El cerebro como una constelación de estrellas posee un infinito número de canales neurálgicos. Cada canal posee en su interior información transportada mediante las neuronas.Todo un cuerpo celular de axones y dendritas que almacenan  información genética, conocimiento y orgánulos que determinan todo el accionar del cuerpo humano.

No existe una función del cuerpo que no esté regulada y determinada por este interesante y a la vez complejo órgano, que como bien está ubicado “en la cabeza”, pues en esta misma medida se corresponden sus funciones celulares.

Enviar estímulos, recibir información y procesarla, son de las funciones más comunes que tiene bajo responsabilidad el cerebro humano, sin embargo existen otras que adquieren un rango mayor de jerarquía debido a la repercusión que puede ejercer en el desarrollo de funciones para garantizar la optimización y uso de las informaciones captadas.

Dentro de este mundo de misterio, es necesario que las habilidades y destrezas que comprenden  los diferentes lóbulos (frontal, parietal y temporal)  que acoge los centros nerviosos del cerebro, requieran de actividades específicas para lograr, desde la edad materna, que las mismas se desarrollen de manera integral en cada ser humano, esto atendiendo, ciertamente, a condiciones especiales de cada uno/a.

Los procesos de enseñanza- aprendizaje no están destinado a la formación del individuo en sí, sino de las funciones cerebrales de cada uno/a, manifestadas en las habilidades y destrezas personales y únicas.

Debido a esto, es fundamental que toda actividad educativa esté destinada y diseñada a desarrollar de manera integral las capacidades relacionadas a cada hemisferio del cerebro y sus correspondientes lóbulos.

En cuanto a esto, el nuevo currículum del Sistema Educativo Dominicano trae como novedad la educación basada en competencias.

Este novedoso y tendente concepto se plantea la necesidad de formar la nueva generación de estudiantes con nuevas habilidades y destrezas de inserción social.

No se trata solo de dotar a los futuros egresados de contenidos de orden teórico, sino más bien que de manera integral se unifiquen los conceptos con los procedimientos, las actitudes y los valores, es decir, que el estudiante sea capaz de responder a las nuevas demandas de la sociedad globalizada, teniendo como protagonista las tecnologías de la información y el conocimiento.

Es aquí donde a formación en competencias adquiere carácter transcendental, ya que aspira un nuevo  modelo de ciudadano que sea capaz de empoderarse socialmente, de proponer soluciones prácticas y viables, alcanzables en el tiempo, un ciudadano crítico ante su realidad y sobre todo que su formación corresponde a estándares internacionales.

La formación en competencias no implica educar para la competencia, aunque son dos conceptos familiares, no todos los sistemas educativos adoptan la política de educar para competir, pues si  bien es cierto que las tecnologías y la automatización de los servicios han contribuido de manera significativa  a la mecanización del ser humano, siendo cada vez más alta la demanda de capacitación continua y la competencia por la diversidad de recursos humanos disponibles, no es menos cierto que debemos preocuparnos más por educar para la cooperación y no para competir.

En nuestra cultura, hemos sido educados más para competir que para cooperar o compartir. La sociedad moderna nos induce a querer ser más que el otro, a siempre querer superar en todo al otro, a ser desleal porque tenemos que lograr nuestros objetivos por encima de los demás, a no ser solidarios con los demás por el temor a ser superados.

El estado permanente de estar pendiente de lo que hacen o no los demás nos está alejando de la realidad y de la oportunidad de disfrutar, aprender, sacar el máximo provecho de nuestras propias vidas.

Es un logro para el Sistema Educativo dominicano la iniciativa de formar nuestros futuros líderes bajo un nuevo esquema mental, una nueva visión que les permita desarrollarse tanto por dentro como por fuera, pero es aún más importante que no solo nos enfoquemos en desarrollar las habilidades y destrezas, sino al final lo que vamos a hacer con ellas.

¿Compartir o competir?