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Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

Hace casi medio siglo, Juan Bosch declaró que “el Partido Revolucionario Dominicano cumplió la misión histórica para la que fue creado”. Y a seguidas, fundó el Partido de la Liberación Dominicana el 15 de diciembre de 1973. En consecuencia, el 15 de diciembre recién pasado el PLD cumplió 44 años.

Hoy día, el acontecer político en la esquina morada del cuadrilátero, indica que alguien deberá tocar la campana y declarar el nocaut  a la misión histórica del peledeismo.

En efecto, el partido de gobierno cultivó los mismos vicios que el profesor Juan Bosch le criticó e endilgó al PRD en su momento.

Me parece escuchar a Juan Bosch explicando, en medio de un “pleno nacional de dirigentes” la importancia de tener una mística de pensamiento, anclada en una ideología política.

-- Un partido que no tiene ideología, no es un partido, es un grupo de gente que se reúnen para alcanzar el Poder, por eso el PRD no puede ser considerado un partido. El PRD no es un partido --, reiteraba Bosch.

Recuerdo, que un académico santiaguero me pregunto hace unos 20 años “¿Miguelón, según usted, a que se debe el crecimiento del PLD en Santiago?” la respuesta fue inmediata.

Doctor, si vemos el entorno, los demás partidos tienen los mismo dirigentes desde hace 30 años. Solo en el PLD ha habido una renovación del liderazgo y en Santiago eso es más que evidente, afirmé sin dilación.

El fundador del PLD aseguraba repetidamente que el partido blanco había dejado de ser una organización política para convertirse en una maquinaria electoral para ascender al gobierno. -- El PRD lo que es, es una asociación de grupos que se pelean por el Poder, por eso no pueden ponerse de acuerdo en lo que respecta a los intereses del país --, reiteraba sin descanso Don Juan.

En los folletos de educación política del PLD, famosos a través de los “Círculos de Estudios” quedaba clarito que el PRD era un fracaso porque no tenía reglas del juego claras. Para resolver ese dilema, uno de los folletos obligatorio dentro del “Círculos de Estudios” era el de los estatutos del partido. Al plan de estudio se agregaba la “unificación de criterios”.

La “unificación de criterios” era el método que garantizaba que “todos los peledeistas pensaran lo mismo en todo el país”. Un folleto se discutía hasta la saciedad con una guía de preguntas. Luego las mismas preguntas eran formuladas como afirmaciones. En las interrogantes, las diferencias con lo escrito en el folleto eran posibles. Ahora, cuando esas mismas preguntas te la leían como una afirmación, el circulista, si quería llegar a miembro tenía que reiterar la afirmación, de lo contrario, debía repetir el folleto.

-- En el PRD cada grupo responde a intereses individuales, por eso no hay autoridad capaz de garantizar la disciplina partidaria. --, afirmaba Juan Bosch en los encuentros del partido.

Vistas las razones que condujeron a Juan Bosch a abandonar el PRD y fundar el PLD, creo necesario formular unas 11 preguntas por el momento. Usted tiene la libertad de agregar otras interrogantes y sobretodo, tratar de responder las mías.

¿El PLD tiene una mística de pensamiento orientada a una ideología política?

¿Cómo se produce en el PLD la renovación de liderazgo, o mejor, hay renovación de liderazgo entre los morados?

¿Qué es el partido morado, una maquinaria electoral para mantener el poder o qué?

¿Existen reglas del juego claras, en el caso que haya, se respetan esas reglas?

¿Quién garantiza la disciplina partidaria interna en la corporación purpura?

¿Quién va a proclamar en el PLD el fin de la misión histórica para la que fue creado el partido de Juan Bosch?

¿A cuales intereses responden Leonel Fernández y el Presidente Danilo Medina?, ¿a los del PLD?, ¿a los de la nación dominicana?, ¿a los de la pequeña burguesía nacional?, ¿o quizás a los intereses de mafias internacionales?

La obra patriótica de Juan Pablo Duarte que Juan Bosch se propuso concretar con el PLD como instrumento, está muy lejos y parece que ya los chapulines se extinguieron.

 

-- dame lu, dame lu --, dice “El Choto”, personaje popular en Don Pedro, Santiago.