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Opinión | Miguel Ceara Hatton, economista y consultor internacional

En 2013, según CEPAL, la economía cubana era la 9 de 33 en América Latina, con un tamaño que era 1.26 mayor que RD (posición 10), aunque en términos percapita Cuba era 1.14 veces más que RD, ocupando la posición 19 mientras RD tenía la 23.La economía y la sociedad cubana están iniciando un proceso de transición irreversible que será difícil y plantea nuevos problemas, entre los que están:

 

Primero, desigualdad creciente. A finales de los noventa se ha estimado un Gini de 0.38 y en los ochenta de 0.24, lo cual situaría a Cuba como el más equitativo de América Latina en esa época. Información anecdótica y factual indica que la desigualdad ha ido creciendo, beneficiando a los que tienen acceso a las divisas. Es previsible que la apertura implique un deterioro en la desigualdad, como ocurrió en otros países socialistas que transitan a alguna forma de capitalismo.

Segundo, la cultura de la ilegalidad. El “el buscársela diariamente” ha generado una cultura de la ilegalidad, violentando la norma para tener acceso a los bienes. No se trata de un problema se resuelve con la abundancia, es más profundo. Es una forma de actuar de la sociedad que aprendió a violar la norma sistemáticamente para sobrevivir.

Tercero, la calidad de la fuerza de trabajo. No caben dudas de la calidad educativa del pueblo cubano. Los años de escolaridad promedio de un cubano son 10.2 años (1.36 veces más que un dominicano) y los años de escolarización previstos al iniciar la escuela son 14.5 años (1.18 veces más que un dominicano). Lo que tengo dudas es si la formación adquirida se ajusta a los requerimientos de la demanda de una economía en transición. Por lo que conozco en forma anecdótica parece que no.

Cuarto, el volumen de inversión necesario. Es claro que Cuba tiene grandes necesidades de inversión, pero también ¿cuándo capital puede absorber el país en forma eficiente con la infraestructura financiera e institucional que posee?

Quinto, la cultura política. RD pasó 31 años con el trujillismo y la cultura política que generó es todavía objeto de debate 53 años después. En Cuba, el socialismo y el castrismo tienen 55 años en el poder, el equivalente a 1.8 generaciones ¿Cuánto y cómo influirá en la forma y contenido político del post-castrismo?

Sexto, es previsible una intensa lucha por el poder ¿Hasta dónde puede llegar?

Los desafíos son enormes, pero hayes un avance.

viernes, 30 de enero de 2015
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