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Opinión | Por Orlando Beltré

El señor Isidoro Santana, Ministro de Economía, dijo ayer que el gobierno descarta la posibilidad de un acuerdo con el FMI, pero dejó claro que el país necesita un ajuste en su estructura fiscal. 

Justo ayer también, Donald Guerrero, el jefe de la Hacienda Pública, alertó que urge aumentar la recaudación. 

Al parecer las cosas no están saliendo bien en la construcción de la central eléctrica Punta Catalina y el gobierno va a tener que poner dinero para su terminación (cosa lamentable y además contraria a lo prometido por Danilo Medina). Puede que al final tenga que hacerlo, sobre todo si se quiere que la primera unidad generadora empiece a funcionar, como previsto, antes de que finalice este año.

Lo que sí está constituyendo una presión real e inmediata sobre las finanzas públicas,  y debe ser motivo de preocupación para todos los sectores del país, es la tendencia alcista experimentada en las últimas semanas por el dólar y el petróleo.

En efecto, tras haber finalizado 2017 en una tasa de 47,54 por uno, lo que representa un incremento del 5,5 % con respecto al año anterior, la monedea estadounidense cerró ayer 8 de marzo en 49,12 por uno. Y ya pronto lo veremos al 50!   

El petróleo tampoco deja de subir.  Hoy el Brent ha tocado un máximo intradía de 64,03 dólares el barril, subiendo un 0,18%; es decir, 12 centavos de dólares más que ayer. Su precio era de 50.90 en marzo del año pasado, un incremento del 26% en un año.

Esta tendencia, para un país donde el consumo de combustible derivado del petróleo supera los 1,500 millones de barriles al año que deben ser pagados en dólares americanos, tiene un efecto nefasto en las finanzas públicas.  

Y como si fuera poco, el gobierno del presidente Danilo Medina ha tomado una senda de endeudamiento público altamente riesgoso y preocupante.

Según Hacienda, la deuda pública consolidada creció en 3,460 millones en 2016  (un 11.3% con respecto a 2015) hasta colocarse en los 34 mil millones de dólares. La tendencia continuó en 2017, cuando el sector consolidado (que incluye los empréstitos del sector no financiero) se endeudó con 4,327 millones de dólares más, hasta llevar la cifra total a rondar los 40 mil millones de dólares. 

Los compromisos de dicha deuda, que absorberán el 42.5% del gasto público presupuestado para este 2018, limitan el margen de maniobras del gobierno, ponen en peligro la estabilidad financiera y frustran las aspiraciones de mejoras sociales en amplios sectores del país.