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Opinión | Por Wooldy Edson Louidor, profesor e investigador del Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana

1. Los tiempos no han sido los mejores. Para quienes tienen el corazón vestido de migrantes y refugiados, una especie cada vez más amenazada y en peligro de extinción en las fronteras y alrededor del planeta

Para quienes tienen el alma agujereada con todo lo que pasa en unas geografías del dolor: Haití, Colombia, Venezuela, México, República Dominicana, África, el mundo árabe

Para quienes no esperan hasta ser salpicados por la sangre de inocentes para gritar e indignarse

Para quienes duermen con un ojo abierto para no bajar la guardia ante tanta injusticia

Para quienes sonríen incluso ante la adversidad para darle motivos de esperanza a una humanidad desesperada y desesperanzada  

Para quienes siguen soñando para no dejarse vencer por la pesadumbre de las pesadillas  

2. Los tiempos pueden ser los mejores

Para quienes aman sin pensarlo dos veces, esperando que

a lo mejor, algún día…

o tal vez…

o quizás…

o quién sabe….  

posiblemente la vida vuelva a germinar

y la alegría haga su regreso triunfal

y cumpla por fin su ciclo lúgubre la muerte en contra de los mismos de ayer y de hoy:

ayer los africanos víctimas de la trata negrera y sus descendientes esclavizados y hoy los migrantes y refugiados desarraigados

ayer las mujeres esclavizadas negras víctimas de violaciones sexuales en las plantaciones de sus amos quienes reclamaban religiosamente su sagrado derecho de pernada y hoy las mujeres que piden el reconocimiento de sus derechos como mujeres, en particular, sobre sus propios cuerpos

ayer los esclavos negros que los nuevos amos mantuvieron  bajo la servidumbre supuestamente en pro de la prosperidad de los países recién independizados y hoy las manos de obras fraternalmente estrechadas por una mano invisible que, con sus guantes blancos de seda, las quiere serviles, dóciles y precarias para poder acumular  

3. Hagamos mejores los tiempos que nunca fueron buenos para algunos

Los que no fueron considerados negros ya están siendo tratados como los negros: ya entienden por fin que los tiempos nunca fueron buenos, al menos, para algunos, cuyas vidas nunca han importado para nada

El mundo se ve cada vez más reflejado en el viejo espejo negro, en el que también podemos comprender que todas las vidas valen, independientemente de su color

No hay que romper el espejo o cambiar la imagen o hacer algo mejor

Quienes son llamados a ser mejores, somos nosotros, quienes vivimos en los tiempos que no han sido los mejores y que, de hecho, nunca fueron buenos para los seres humanos tratados como sacrificables y desechables

Quienes son llamados a ser mejores, somos nosotros, quienes tenemos hoy la posibilidad de entender que luchar por las víctimas de hoy es continuar con la batalla de las víctimas de ayer y contribuir al combate de las futuras víctimas

Nosotros, quienes vivimos en los tiempos que no han sido los mejores, podemos entrar en la espiral del amor que lucha y sueña para enfrentar el círculo vicioso de la muerte y el ciclo infernal de la injusticia y de la desesperanza

Siendo los mejores, luchando y soñando juntos, tal vez podamos hacer que los tiempos sean los mejores o, al menos, buenos y soportables para todos los seres humanos.