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Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

En Nagua, Provincia María Trinidad Sánchez, los militantes del PRM tienen en zozobra a los servidores públicos de la zona. Reclaman sacar los que están y, en su lugar, ponerlos a ellos.

Los dirigentes de la comunidad La Lometica, en Rincón de Molenillo, San José de Matanzas, cerraron con candados la escuela de la zona. Proclaman que sólo se abrirán cuando cancelen los profesores y al personal nombrado por el pasado gobierno.

-- Ahora les toca el turno a los que trabajaron para que el partido llegara al Poder --, declararon los aguerridos perremeistas.

Este drama se repite, con diferentes grados de intensidad, a todo lo largo y ancho del país. Hay quienes temen que el conflicto adquiera una magnitud que ponga en zozobra la gobernabilidad.

En la provincia Valverde pasó igual que en Nagua. Los directores del Distrito Escolar y del Distrito Municipal de Amina, desafiaron los nombramientos de compañeros. El funcionario de Educación, cumpliendo con sus funciones, designó varios empleados, necesarios para la marcha de las oficinas de educación en la zona. El alcalde, como se hacen llamar los directores de Distritos Municipales, por su lado, desconoció las designaciones hechas en la instancia educativa. El caso terminó en la fiscalía.

Allí el edil alegó, ante el fiscal, que él es que dirige la comisión de empleos del PRM y todos los nombramientos en Mao deben pasar por sus ansiosas manos.

-- Yo fui quien se comprometió con la gente para que apoyara a Abinader. Yo fui quien dirigió la campaña aquí. Yo conozco al que hizo campaña y a los que no. Yo soy, además, el presidente de la Comisión de Empleos del PRM en Amina. Todos los nombramientos aquí dependen de mí --, dijo el flamante dirigente político.

La pregunta, entonces, se hace obligatoria.

¿Para qué sirve un puesto administrativo si al final las decisiones las tomará un Juan de los Palotes con ínfulas de dirigente plenipotenciario?

Buscar respuestas que expliquen y desarticulen esa barbarie es, sin dudas, uno de los grandes retos de los perremeistas en el gobierno. El otro desafío consiste en impedir que el peso avasallante del gobierno le pase el rodillo al partido. Al mismo tiempo se debería evitar que el partido se convierta, para el gobierno, en su clavo en el zapato.

 

Por otro lado, en el municipio de Sabana Iglesia, la gobernadora de Santiago, la distinguida señora Rosa Santos, se vio acorralada por una turba de militantes del PRM. La principal reivindicación de los sublevados consistía en cancelar servidores experimentados para nombrarlos a ellos. Exigen empleos y lo exigen de la peor manera. La prensa echó un poco de gasolina a las llamas al cuestionar la actitud de la funcionaria al respecto.

“Yo catalogo a esas personas como charlatanes, porque todos los que estaban en esa mesa, están nombrados e incluso algunos de ellos tienen dos empleos. El que hizo la rueda de prensa, Santiago Rodríguez, está violando la ley, porque es regidor y al mismo tiempo está nombrado en una entidad del Gobierno”, declaró la gobernadora Santos.

Lo de Nelsy Milagros Cruz, gobernadora de la Provincia Montecristi, es el caso más sonado. Entrevistada en un programa de televisión local dijo: “a los perremeístas les faltan pocas horas para comenzar a disfrutar del manjar del poder”.

Las declaraciones de Milagros Cruz impactaron a los que conforman el anillo del Poder. Calaron, por ejemplo, en la directora de Ética e Integridad Gubernamental, doña Milagros Ortiz Bosch. Es decir, a Nelsy Milagros no le valió ser tocaya de doña Milagros, quien le advirtió que “al poder no se va a disfrutar “de las mieles”, sino a servir al pueblo”.

La representante del Poder Ejecutivo en Montecristi tuvo la gallardía de disculparse públicamente “errar es de humanos”, dijo. Raquel Peña, la vicepresidenta, está en lo de ella, y dice que a Nelsy hay que darle un chance.

Los funcionarios perremeistas deberían aprender que una cosa es el partido y otra el Estado. Aprender que el violín y la guitarra se tocan de manera distinta. Y que sólo cuando se acompañan acertadamente producen melodías.

En fin, ¿pasaremos los cuatro años de gobierno perremeista sin saber quién es que manda aquí, si el partido o el gobierno?