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Opinión | Telésforo Isaac / obispo Iglesia Episcopal Dominicana

La información de que un contrato de exploración petrolífera y de gas natural está siendo cursado en el congreso, nos hace tener la prominente perspectiva de progreso en el futuro.

Más, sin embargo, se debe ser prudente, dado que el panorama de la utilidad y comercialización del petróleo están cambiando, y en las venideras décadas se disminuirá lentamente.

De todos modos, ante la posibilidad de tener el premio de ese carburante, es imperioso tomar las precauciones para salvaguardar el tren de desarrollo y la economía del Estado Dominicano. Lo tocante a esta cuestión debe ser realizado con inteligencia y responsabilidad. Es notable que las ideas, planes y manejos de los asuntos petroleros de Noruega, han sido efectivos; por lo que la República Dominicana debe tomar en consideración y modelar, hasta donde sea posible, intentar aplicar ese ejemplo que el Estado nórdico ha hecho con eficiencia por su forma fría y cívica.     

Se reitera que hay que asimilar y modelar los éxitos, debilidades y fracasos que han tenido algunos programas y países en este asunto petrolero; por tanto, es menester estar atento y decididamente bien enfocado en la ejecución de este proyecto que podría ser un premio dado a la nación.

El país está obligado a preparar y hacer posible programas públicos y privados a fin de enfrentar y manejar con destreza y transparencia los asuntos nacionales para satisfacer el bien común. A sabiendas de que hay un muy largo e incierto camino en la búsqueda y hallazgo de hidrocarburos, y en el caso de que se haga clara la posibilidad de explotar comercialmente el mineral, muchas cosas deben ser planificadas, entre ellas está la preparación e implementación de arreglos docentes para que jóvenes estudiantes sean motivados para hacer estudios como ingenieros y técnicos prácticos petroleros.  Estos serían escogidos y matriculados en las mejores universidades con facultades en áreas de asuntos petroleros, la administración de la gerencia y mercadeo de los derivados de los hidrocarburos.

Se supone que preparar la explotación comercial del petróleo o gas natural pudiera tomar incluso algunos años a partir de su descubrimiento, y este tiempo permitiría preparar personal calificado y capaz de manejar la elaboración, la tecnología y la administración de los hidrocarburos.

La escogencia y preparación profesional académica de la ingeniería y administración de los productos del petróleo, resultará ideal para cuando se comercialice el mineral. Se debe, por tanto, proveer los recursos para que sean los nacionales dominicanos quienes estén preparados y listos para colaborar con la explotación de los carburantes.  

Por otro lado, sería prudente y beneficioso que se elaboren normativas, leyes, protocolos y establecer un pacto nacional para concordar lo referente al uso de los ingresos que se generen. Este pacto podría servir para minimizar conflictos, exigencias desorbitadas de ciertos sectores y asegurar buen manejo de las cuestiones de los hidrocarburos; pues, con entendimiento consensuado y satisfacción de las gestiones publicas privadas, los asuntos caminarían con eficiencia y aprovechamiento.