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Opinión | Telésforo Isaac / obispo Iglesia Episcopal Dominicana

A fin de entender más cabalmente la secuencia del “drama de la redención” que culminó con la presencia del Cristo vivo la mañana del Domingo de Pascuas; hazte una imagen de la “realidad virtual” de lo que pasó en Jerusalén durante la última semana de la vida terrenal del Profeta de Nazaret, y el primer día de su victoriosa resurrección de la muerte y el sepulcro.

Hazte de cuentas que tú estabas allí, y fuiste testigo de lo que pasó durante ese especial período de la historia de la humanidad.

 Debes ampliar tu mente, y transportarte a la gran ciudad de Jerusalén para percibir mejor lo que allí aconteció.

  Veas tú con claridad los lugares donde se escenificaron la sucesión de los hechos. Identifica a todas y cada una de las personas. Trata de interpretar el significado de cada acción. Mantenga presente las siguientes treinta y tres (33) preguntas:

                   1.      ¿Estabas tú allí, cuando Jesús entró en Jerusalén montado en un borriquito y tendiste tus ropas o ramas de los árboles por el camino de la procesión y aclamabas: “Gloria al Hijo de David”. “Bendito el que viene en nombre del Señor”. “Gloria a Dios en las alturas?”

2.      ¿Estabas tú allí, cuando Jesús lloró por la ciudad de Jerusalén y profetizó: “Pues van a venir para ti días malos…?”

3.      ¿Estabas tú allí, cuando Jesús entró al templo y comenzó a echar de ahí a los que estaban vendiendo, y él dijo: “Mi Casa será casa de oración?”

4.      ¿Estabas tú, entre los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los jefes del pueblo buscando cómo matar a Jesús?

5.      ¿Estabas tú allí, cuando se hizo la conspiración y se le pagó a Judas Iscariote para que comenzara a buscar un momento apropiado para entregar a Jesús?

6.      ¿Estabas tú allí, en la Última Cena del Señor, cuando los discípulos disputaban sobre la sucesión o el puesto de autoridad después de la ausencia de Jesús? Ante lo cual el Maestro actuó de manera dramática para señalar lo que es la humildad y enfatizó: “El que manda tiene que hacerse como el que sirve”.

7.      ¿Estabas tú allí, cuando el Señor lavó los pies de sus discípulos para dar demostración de mansedumbre y ejemplo de vocación de servicio?

8.      ¿Estabas tú allí, en el Aposento Alto, esa memorable noche del primer Jueves Santo, al celebrar la  Cena Pascual Judía, cuando Jesús convirtió esa Última Cena en la Primera Cena o la Santa Eucaristía , o Santa Comunión de los cristianos?

9.      ¿Estabas tú allí, cuando el rabino Jesús anunció un nuevo mandamiento como principio fundamental que sus discípulos están llamados a observar: “Que se amen los unos a los otros…”?

10.  ¿Estaba tú allí, cuando Simón Pedro le aseguró al Maestro, que: “Estoy dispuesto a dar mi vida por ti”? Cuando Jesús le respondió: “¿De veras?, pues mira, te aseguro que antes de que cante el gallo me negarás tres veces”.

11.  ¿Estabas tú allí, cuando Jesús anunció que uno de sus discípulos le iba a traicionar y los discípulos comenzaron a preguntar: “Señor, ¿quién es?”

12.  ¿Estabas tú allí, en el huerto de Getsemaní, dormido a  pesar de que el Señor pidió que permanecieran despiertos con él y que oraran para no caer en tentación?

13.  ¿Estabas tú allí, cuando el traidor Judas Iscariote llegó a Getsemaní en la oscuridad de la noche, e identificó a su Maestro con un beso, para entregarlo a los soldados del régimen, traicionándolo a cambio de dinero y por razones espurias?

14.  ¿Estabas tú allí, cuando sucedió la sorpresiva persecución y los discípulos salieron en desbandada por temor a ser identificados y arrestados al igual que su guía y  dirigente espiritual?

15.  ¿Estabas tú allí, cuando llevaron a Jesús a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde los maestros de la ley y los ancianos estaban reunidos para determinar lo que harían con Jesús?

16.  ¿Estabas  tú allí, cuando juzgaron a Jesús presentando falsos testimonios?

17.  ¿Estabas tú allí, cuando Pedro negó, jurando ¡no conozco a ese hombre! y el gallo cantó tres veces?

18.  ¿Estabas tú allí, cuando todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos se pusieron de acuerdo en un plan para matar a Jesús y lo llevaron atado y se lo entregaron a Pilato, el gobernador romano que representaba el Imperio de los Césares?

19.  ¿Estabas tú allí, cuando los ancianos convencieron a la multitud que pidiera la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús?

20.  ¿Estabas tú allí, gritando a viva voz: “¡Crucifícalo!”?

21.  ¿Estabas tú allí, en la vía del dolor, entre las mujeres que lloraban viendo a Jesús cargar la cruz camino al patíbulo para ser crucificado entre dos bandidos?

22.  ¿Estabas tú allí, cuando obligaron a Simón, natural de Cirene, a cargar con la cruz de Jesús?

23.  ¿Estabas tú allí, cuando Jesús fue clavado a la cruz?

24.  ¿Estabas tú allí, cuando el Hijo de Dios clamó: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”?

25.  ¿Estabas tú allí, cuando los soldados recogieron y repartieron su ropa en cuatro partes, una para cada soldado?

26.  ¿Estabas tú allí, junto a la cruz de Jesús, donde estaban su madre, la hermana de su madre (la esposa de Cleofás), María Magdalena y Juan? Cuando Jesús vio a su madre junto a Juan, el discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Y luego le dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”

27.  ¿Estabas tú allí, cuando Jesús dijo: “Tengo sed”, y en lugar de agua le dieron vinagre con hiel?

28.  ¿Estabas tú allí, cuando Jesús dijo: “Todo está cumplido”, “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu” y expiró?

29.  ¿Estabas tú allí, en aquel momento, cuando el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a bajo? La tierra tembló, las rocas se partieron y los sepulcros se abrieron.

30.  ¿Estabas tú allí, cuando el capitán de la guardia romana y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que estaba pasando, se llenaron de miedo y dijeron: “¡De veras este hombre era Hijo de Dios!”?

31.  ¿Estabas tú allí, cuando el soldado clavó el costado de Jesús con una lanza?

32.  ¿Estabas tú allí, cuando José, el de Arimatea, pidió permiso a Pilato para llevarse  el cuerpo de Jesús y junto a Nicodemo envolvieron con vendas empapadas de perfume, mirra y aloe y enterraron al crucificado en un sepulcro nuevo, donde todavía no habían puesto a nadie?

33.  Por fin, ¿estabas tú allí en uno de los momentos más significantes y reconfortantes del drama de la expiación cuando Jesús se hizo presente a María Magdalena y la otra María (la madre de Santiago y José);  viste y oíste al Señor decirles: “No tengan miedo?”

 

 Vuelva a la realidad en espacio y tiempo. Allí donde tú estás meditando en lo que pasó en Jerusalén. Te toca ahora hacerte las siguientes preguntas:

 

v     ¿Qué impacto he tenido en mí por haber estado en Jerusalén durante la pasión, crucifixión y resurrección de Jesús?

v     ¿Cómo he sido tocado por la esta experiencia de identificarme con personas y hechos acontecidos con el Señor Jesús en Jerusalén, hace dos mil años?

v     ¿Qué testimonio puedo yo dar de lo que siento yo ahora, como cristiano, y tengo la oportunidad de reflexionar en los grandes hechos de la vida, muerte y resurrección de Jesús mi Señor y Salvador?