Contáctenos Quiénes somos
Opinión | Leonardo Boff/Teologo de la Liberación

Queridos  hermanitos y hermanitas:

Si al mirar el pesebre veis en él al Niño Jesús y os llenáis de fe en que Dios se hizo niño, un niño como cualquiera de nosotros, y que Él es el Dios que está siempre con nosotros, especialmente con los niños que tienen hambre y están en medio de guerras,

Si conseguís ver en los otros niños y niñas la presencia secreta del Niño Jesús, de modo especial en los que andan por las calles, sucios y pidiendo comida,

Si podéis hacer que renazca el niño escondido en vuestros padres, en las personas adultas y en todos los invitados para que en ellas surja el amor, la ternura, el cariño, el cuidado y la amistad con todo el mundo, de modo particular en ese tiempo en el cual ha reinado el odio, mentiras, calumnias y hubo hasta muertes por tener opiniones diferentes,

Si al mirar el pesebre descubrís a Jesús pobremente vestido, casi desnudo, como miles de niños en estos tiempos sombríos de pandemia, y os acordáis de tantos niños igualmente pobres y mal vestidos y sufrís desde el fondo del corazón por esta situación inhumana; si ahora  deseáis compartir un poco de lo que tenéis y cuando seáis mayores cambiar este estado de cosas,

Y si llenos de fe os dais cuenta  de que ese niño que lloriquea y busca el pecho de su madre  María, es el Divino que no vino a juzgarnos sino a jugar y alegrarse con vosotros,

Si al ver en el pesebre el buey y la mula, las ovejas, las cabritas, los perros, los camellos y el elefante pensáis que todo el universo está también iluminado por el Niño Jesús y que todos, estrellas, piedras, árboles, animales y humanos somos hermanos y hermanas y formamos la gran Casa de Dios,

Si miráis hacia lo alto y veis el cielo adornado de estrellas,  grandes y pequeñas, y recordáis que hay siempre una estrella semejante a la de Belén sobre vosotros que os acompaña, os ilumina y os muestra los mejores caminos, 

Entonces sabed que yo estoy llegando de nuevo y renovando la Navidad. Estaré siempre cerca de vosotros, caminando a  vuestro lado, llorando y jugando con vosotros hasta aquel día, que solo el Padre sabe, en que llegaremos todos, humanidad y universo, a la Casa del Padre y Madre de bondad para ser juntos eternamente felices. Entonces  será una fiesta como la de Navidad, sin fin, por toda la eternidad.

Belén, 25 de diciembre del año 1

    Firmado: Niño Jesús