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Opinión | Por Gisell Rubiera Vargas, M.A.

 Hace varios días mientras llego a mis labores, he podido pernotar en el ambiente un tufo que de inmediato penetró a mis pulmones, provocándome incesante tos y dificultad respiratoria.

El olor es tan palpable en el ambiente que transforma la atmosfera, tiñendo de gris el entorno, opacando los bellos colores y contrastes que exhibe y nos regala la naturaleza.

Incliné mi cabeza hacia varias direcciones, intentando encontrar el origen del tufo, sin poder identificar el lugar que iniciase semejante aliño.

Aquel olor que ha alterado mis sentidos y puesto en alerta mi sistema de defensas, se trata de humo.

Humo generado por la quema de desechos sólidos y que posiblemente su origen se encuentra a kilómetros de distancia, ya que por más que traté de confirmar, no identifiqué su camino.

Según el diccionario de Oxford, el humo es descrito como el producto que en forma gaseosa se desprende de una combustión, y se compone principalmente de vapor de agua y ácido carbónico.

El humo está hecho de una compleja mezcla de gases y partículas finas que se producen cuando se queman la leña y otros materiales orgánicos. La mayor amenaza para la salud por parte del humo proviene de las partículas finas. Estas partículas microscópicas pueden penetrar profundo en los pulmones. Pueden provocar una serie de problemas de salud, desde irritación en los ojos y goteo nasal, hasta enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. La exposición a la contaminación por partículas incluso se relaciona con la muerte prematura.

El humo no solo perturba de manera directa la salud de las personas, sino que también afecta la calidad del aire, ya que, por la combustión, genera dióxido de carbono.

Dentro de los síntomas que puede provocar estar en contacto con humo, se encuentran:

Irritación de los senos paranasales., sibilancias y dificultad para respirar., dolor de pecho, dolores de cabeza, asma y otras más.

En nuestro país, aún persiste el hábito y costumbre de quemar basura para reducir su volumen o evitar la propagación de plagas, lo cual es perjudicial para la salud.

 Aunque actualmente, la legislación nacional vigente no estipula sanciones en los casos de quema de desechos sólidos en lugares controlados o no, es importante contemplar su inclusión en futuras revisiones, en vista de que al igual que el sonido, el humo también contamina, por lo cual es necesario declarar de obligatoriedad la no quema de desechos sólidos.

Además, es importante recordar que, aunque la quema se produzca en una determinada propiedad, todo el entorno y sus habitantes resultan afectado, lo cual pone en riesgo y vulnera los derechos de esas personas a tener un ambiente limpio.

Es por ello por lo que abogo por el cumplimiento de la Ley 94-20 sobre Educación y Comunicación Ambiental de la República Dominicana.

Se hace necesario educar a la población para despertar la conciencia medioambiental y con ello generar compromisos que se traducen en acciones que garanticen la sostenibilidad de la presente y futuras generaciones.