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Opinión | Bienvenido Scharboy

«La práctica es superior al conocimiento (teórico), porque posee no sólo la dignidad de la universalidad, sino también la de la realidad inmediata», Lenin

El apóstol de la libertad de Cuba, José Martí, entre las frases lapidarias que dejó figura una que sentencia que “Hacer es la mejor manera de decir”. También, hay otra que expresa “que los hechos le hagan honor a las palabras”.

Parecería que Martí estuviera estrujándoles en la cara estas frases, a los que podríamos bautizar como francotiradores obstinados integrados por ciertas organizaciones y  personas independientes, ex militantes, que se mantienen en la periferia de la izquierda dominicana.

Estos sectores están esperando que el féretro con el muerto de la izquierda pase frente a sus narices para decretar la disolución de las ideas revolucionarias y justificarse ante la historia con un “yo lo advertí”, pero sin haber hecho nada para evitarlo, porque simplemente se la pasaron criticando desde su zona de confort, sin haber dado ningún paso práctico para contener lo que entendían era una debacle.

Muchos de esos críticos y francotiradores obstinados se autocalifican como marxistas; sin embargo, en la práctica niegan a Marx; porque hace tiempo dejaron de conjugar la teoría o la crítica con la práctica y la acción revolucionaria. Se olvidaron de que “la práctica es el criterio de la verdad”.

Estos alegados defensores teóricos de la izquierda también reniegan de lo afirmado por el timonel de la revolución china, Mao Tse-tung: “Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo medio de esa cosa”.

Para estos ex militantes y organizaciones les resulta más fácil criticar desde lejos a sus aliados o excompañeros, que participar o apoyar cualquier iniciativa promovida por la izquierda, aunque se tenga diferencias, debido a que es más fácil “buscarle la quinta pata al gato”, a sabiendas de que no la tiene. El caso es buscar sonido oponiéndose a todo; acabando con todos; pero sin plantear ninguna salida para encauzar las ideas revolucionarias por nuevos senderos y convertirlas en fuerzas transformadoras, antisistema.

Estas situaciones en la práctica la expresan ex militantes y algunos círculos de izquierda cuando critican y justifican no caminar junto a grupos que han hecho acuerdos coyunturales con partidos tradicionales en diversos procesos electorales; pero tampoco se identifican ni hacen causa común con otros partidos de izquierda que no han pactado con la derecha, ni siquiera con los abstencionistas.

En la actualidad, con miras a las elecciones de 2024 se vislumbra la formación de dos bloques con candidaturas de izquierda, uno encabezado por el Movimiento Patria para Todos y Todas (MPT), con Fulgencio Severino como candidato presidencial y otro liderado por el Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista del Trabajo (PCT), que propone a María Teresa Cabrera,  no obstante, para esos francotiradores ninguna de estas opciones son viables; pero no trabajan en la construcción de la alternativa que los mantiene agobiados y preocupados.

Sobre el primer bloque citado, los críticos lanzan sus dardos descalificando a Fulgencio Severino con el argumento de que no fue sometido al consenso de otros grupos, no obstante éste contar con el respaldo del Movimiento Político REDES, el Partido de la Unificación Comunista (PUC), el Partido Comunista Marxista Leninista y la Coalición de Partidos y Movimientos de Santo Domingo Este. Nada de esto los ha hecho cambiar de idea y siguen vituperando contra el loable esfuerzo para aglutinar fuerzas democráticas y de izquierda y comenzar a librar la batalla en el plano electoral.

Con el segundo bloque, las críticas son más ácidas contra el FA y el PCT, pues, por las alianzas hechas en pasados comicios, argumentan, como brujos de la política, que esta coalición terminará aliada otra vez al gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM), sin valorar que en la coyuntura actual ambas organizaciones trabajan en la construcción de los que ellos han llamado la “Unidad Progresista” de izquierda con el llamado progresismo contra los que están y para que no vuelvan los anteriores, en cualquiera de sus versiones.

De otro lado, hace varios meses surgió el Referente de la Izquierda Dominicana (RID), que ahora está  integrado por los movimientos de Izquierda Revolucionaria (MIR), Revolucionario de Izquierda (MRI), Popular Dominicano (MPD), el Partido Socialista Dominicano (PSD) y varios militantes independientes, que plantea no participar en los comicios de 2024, con los cuales los críticos tampoco coinciden, debido a que no tienen posición sobre ningún proceso, porque solo se dejan llevar de la emotividad y el afán de trascender en las redes sociales con críticas altisonantes y un lenguaje rebuscado, sin propuestas  que contribuyan a construir una opción diferente. Se quedan en pura retórica.

En este grupo de francotiradores a veces sacan la cabeza compañeros y compañeras organizados; que invierten más energía en criticar a sus similares, culpándolos de todos los males históricos de la izquierda, que en promover las propuestas de sus partidos.

Un ejemplo loable, negador de esta práctica, que nos sentimos en el deber de reconocer, son los compañeros y compañeras identificados/as con las ideas de Trotski en el país, que hacen valoraciones críticas sin dejar de plantear por qué camino conducir la lucha, en la dirección de sus objetivos estratégicos y siempre están en primera fila en las actividades.

Esos mismos dardos han sido lanzados por esos críticos contra procesos de lucha que desarrollan diversos sectores en demanda de reivindicaciones y por la preservación de nuestros recursos naturales, cuando se convoca a una huelga, dicen que es un método desfasado; sin embargo, no participan ni siquiera en un piquete ni en una asamblea en las que se discuten los programas de lucha. Son expertos criticando, sin una práctica política, como diría el viejo Jorge Puello (El Men), son “militantes que rompen sillas, pero no gastan zapatos”.  

Descartando todas las propuestas electorales de izquierda actuales u otras que surjan, y restándole méritos a la izquierda en su conjunto,  estos críticos en el fondo coinciden más con el discurso de la derecha, que con los ideales progresistas. Además, le dicen al pueblo que no hay ninguna opción, incluyéndolos a ellos mismos, que también se irán de paro como dice el pueblo o morirán por inanición política.

Exhorto a esos críticos y francotiradores/as a que den un paso al frente, pasen de la actitud infecunda de sus comentarios a una práctica coherente con sus preocupaciones, en caso de ser ciertas.

Para desde ese encuentro, que nos debe hacer más inteligentes, creativos y comprometidos, marchar junto a nuestra izquierda, contribuyendo a fortalecerla, superar viejos vicios y colocar nuestras propuestas en el imaginario y accionar de nuestro amado pueblo.

PD

Creo que este 1 de mayo, conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, encontrarnos en un abrazo fraterno y marchar desde el Parque Enriquillo, a las 9:30am, para mí sería un interesante comienzo.

Para más textos y otras notas de la izquierda dominicana y el movimiento social visite https://scharboy2009.wordpress.com/2023/04/27/criticos-y-francotiradores-sin-propuestas-ni-practicas-politicas/

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