Esta semana, un terremoto de magnitud 7,8 sacudió el sureste de Türkiye y el norte de Siria, matando al menos a 7.700 personas (actualización: más de 40.000 al 22 de febrero de 2023), un número que se espera que aumente en los próximos días.
Mientras tanto, Pakistán todavía está lidiando con las consecuencias de las inundaciones del año pasado que dejaron casi 2.000 muertos y 8 millones de personas sin hogar. Y los conflictos mortales no cesan en Ucrania, Etiopía, Yemen y otras regiones.
La evidencia muestra que el cambio climático está exacerbando la amenaza a la paz y la seguridad en el mundo. En las últimas dos décadas, el mundo ha sido testigo de más de 2.500 desastres y 40 conflictos importantes que han afectado a un estimado de 2.000 millones de personas. Como lo manifestó António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en su histórico discurso sobre el estado del planeta: “Las consecuencias de la agresión a nuestro planeta están obstaculizando nuestros esfuerzos por eliminar la pobreza y ponen en peligro la seguridad alimentaria. Y también está dificultando aún más nuestro trabajo en favor de la paz, ya que las perturbaciones provocan inestabilidad, desplazamientos y conflictos”.
Desde su creación en 1994, la Subdivisión de Desastres y Conflictos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha trabajado con los Estados Miembros para responder a los desastres naturales, accidentes industriales y conflictos. Hemos conversado con la Sra. Cecilia Aipira, jefa de la subdivisión, para aprender más sobre el impacto de los conflictos en un mundo cada vez más globalizado y qué se puede hacer para mejorar la recuperación ante desastres.
Cuando ocurren desastres o conflictos, ¿cómo responde el PNUMA?
Cecilia Aipira (CA): En primer lugar, a través de la Unidad Conjunta PNUMA/OCAH (Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios), que trabaja en las dimensiones ambientales de las emergencias. Esta unidad incorpora un especialista en medio ambiente dentro del Equipo de las Naciones Unidas para la Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre para abordar los problemas ambientales desde el principio de la respuesta. No conviene abordar las cuestiones del medio ambiente al final del proceso porque todos los desastres tienen enormes ramificaciones ambientales que tenemos que prever y limitar.
En segundo lugar, desplegamos miembros del equipo de la subdivisión [de Desastres y Conflictos del PNUMA] para apoyar el análisis de impacto ambiental de una crisis. En el caso de las inundaciones de Pakistán, realizamos una evaluación de las necesidades después del desastre en virtud de un acuerdo entre las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Unión Europea. Nuestro trabajo consiste igualmente en proporcionar asistencia técnica a los gobiernos nacionales, las comunidades afectadas y los sistemas de las Naciones Unidas para analizar y abordar los factores ambientales y el impacto de las crisis.
Nuestra prioridad es brindar socorro al medio ambiente y las comunidades afectadas. Lo hacemos mediante tres modalidades: la búsqueda de soluciones basadas en la naturaleza que reducen los riesgos de desastres, la limpieza de sitios contaminados y la reconstrucción respetuosa con el medio ambiente. Nuestro trabajo de seguridad ambiental también busca restaurar y proteger los recursos naturales (incluidos los transfronterizos) en favor de la consolidación de la paz. Por ejemplo, estamos colaborando con las operaciones de las Naciones Unidas en Somalia para integrar el medio ambiente en la paz y la seguridad.
Según el seguimiento preliminar del impacto realizado por el PNUMA, el conflicto en Ucrania podría dejar al país y a la región con un legado tóxico para las futuras generaciones. ¿Podría darnos más detalles?
CA: Es importante entender que Ucrania ya estaba agobiada por una serie de desafíos ambientales heredados, y este conflicto ha exacerbado los problemas existentes o ha agregado otros nuevos. Ucrania es un país altamente industrializado con una infraestructura química, minera y agrícola bien desarrollada. El daño a estas instalaciones libera contaminantes en el agua, el aire y el suelo, que podrían provocar impactos negativos durante décadas. La contaminación química no siempre se queda dentro de las fronteras nacionales. La contaminación del aire puede viajar y la contaminación del agua puede afectar a los países vecinos. Por lo tanto, debemos entender que el impacto ambiental del conflicto en Ucrania no solo se limita al país, sino que se extiende a la región.
El conflicto en Ucrania ha tenido un efecto en cascada, notoriamente la escasez de alimentos en gran parte de países del mundo. ¿Cómo puede un conflicto o un desastre en una sola región tener un impacto global?
CA: El conflicto en Ucrania realmente ha puesto de relieve la interconexión de nuestro mundo globalizado y cuán dependientes son muchos países en desarrollo de actores externos para su seguridad alimentaria. Ucrania y Rusia en conjunto son algunos de los mayores productores y proveedores de trigo y maíz, así como los mayores productores de fertilizantes. Las repercusiones del conflicto han repercutido, y seguirán repercutiendo, en todo el mundo. Se prevé que Ucrania reduzca su producción agrícola en un 20% en 2023. Esta reducción, combinada con la escasez mundial de fertilizantes, la actual crisis energética y el aumento del costo de vida, podría crear una tormenta perfecta para una crisis alimentaria colosal para los países frágiles.
Sabemos que los desastres y los conflictos a menudo afectan a las mujeres de manera desproporcionada. ¿Qué está haciendo el PNUMA para abordar esta cuestión?
CA: Se suele ver a las mujeres como víctimas de conflictos y desastres y, de hecho, eso es cierto. Pero las mujeres también son grandes defensoras de los recursos naturales y, por lo tanto, pueden desempeñar un papel extraordinario en la reducción de los riesgos y la restauración del medio ambiente. En consecuencia, tiene mucho sentido destinar esfuerzos en favor de las mujeres al momento de diseñar e implementar proyectos de soluciones basadas en la naturaleza. En uno de nuestros proyectos en Uganda, por ejemplo, evidenciamos que cooperar estrechamente con mujeres trae muchos otros beneficios derivados. Como resultado, se transformaron comunidades enteras al aumentar el número de niños que van a la escuela y mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria.
¿Cuál es la relación entre los desastres y conflictos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?
CA: Es absolutamente necesario fomentar la paz y la seguridad y reducir los riesgos de desastres para lograr todos los ODS. Cada uno de los ODS, ya sea reducción de la pobreza, mejor salud, hambre cero, ciudades sostenibles e igualdad de género, no se puede lograr de manera efectiva si no hay paz. Asimismo, sabemos que un solo desastre puede acabar con una gran parte de las ganancias económicas en un solo día. Tomemos como ejemplo la pandemia de COVID-19. Este desastre global invirtió la trayectoria del desarrollo humano y llevó a una gran proporción de la población mundial a la pobreza. Los efectos de la pandemia todavía se sienten hoy. Por lo tanto, invertir en la reducción del riesgo climático y de desastres es un requisito ineludible para alcanzar los ODS.
¿Cuál es la clave para hacer frente a los desastres y conflictos?
CA: Para mí, la gestión ambiental se resume en lo que hagan las personas. Los seres humanos somos la causa de la crisis climática. Somos la causa de la degradación ambiental. Somos la causa de los conflictos. De hecho, en la reducción del riesgo de desastres, decimos que no hay desastres naturales, solo amenazas naturales. Es la interacción entre un peligro y los humanos lo que crea un desastre. Lo que en mi opinión se resume en que la gente debe estar intrínsecamente vinculada a todas las soluciones que apoyamos en el PNUMA. Espero lograr que el trabajo de nuestra subdivisión permita crear una relación equilibrada entre salvaguardar el medio ambiente y abordar las necesidades humanas para el desarrollo sostenible y la paz.
***
Para obtener más información sobre cómo la ONU está respondiendo al terremoto en Türkiye y Siria, visite la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA). La OCHA forma parte del Secretariado de las Naciones Unidas responsable de agrupar a los actores humanitarios para garantizar una respuesta coherente ante situaciones de emergencia.
Reportaje fuente externa. Para acceder a más reportajes y otras informaciones relacionadas al tema siga el siguiente enlace https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/reportajes/del-desastre-al-conflicto-respuesta-al-impacto-en-las-personas-y