La violencia contra las mujeres sigue siendo una de las crisis de derechos humanos más persistentes y menos atendidas del mundo, con muy pocos avances en dos décadas, según un informe histórico publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus socios de la ONU.
Casi una de cada tres mujeres —aproximadamente 840 millones en todo el mundo— ha sufrido violencia de pareja o sexual a lo largo de su vida, una cifra que apenas ha variado desde el año 2000. Tan solo en los últimos 12 meses, 316 millones de mujeres —el 11 % de las mayores de 15 años— fueron víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja. El progreso en la reducción de la violencia de pareja ha sido dolorosamente lento, con un descenso anual de apenas el 0,2 % en las últimas dos décadas.
Por primera vez, el informe incluye estimaciones nacionales y regionales de violencia sexual perpetrada por alguien que no es la pareja. Revela que 263 millones de mujeres han sufrido violencia sexual por parte de personas ajenas a su pareja desde los 15 años, una cifra que, según los expertos, está significativamente subestimada debido al estigma y al miedo.
«La violencia contra las mujeres es una de las injusticias más antiguas y generalizadas de la humanidad, y sin embargo, una de las menos combatidas», afirmó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Ninguna sociedad puede considerarse justa, segura o saludable mientras la mitad de su población viva con miedo. Acabar con esta violencia no es solo una cuestión de políticas; es una cuestión de dignidad, igualdad y derechos humanos. Detrás de cada estadística hay una mujer o una niña cuya vida ha cambiado para siempre. Empoderar a las mujeres y las niñas no es opcional, es un requisito indispensable para la paz, el desarrollo y la salud. Un mundo más seguro para las mujeres es un mundo mejor para todos».
Los esfuerzos se enfrentan a recortes de financiación en medio de necesidades crecientes.
El nuevo informe, publicado con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y la Niña, que se conmemora el 25 de noviembre, representa el estudio más exhaustivo sobre la prevalencia de estas dos formas de violencia contra la mujer. Actualiza las estimaciones de 2018, publicadas en 2021. Analiza datos de 168 países entre 2000 y 2023, revelando una situación crítica: una crisis profundamente desatendida y una respuesta con una financiación insuficiente.
A pesar de la creciente evidencia sobre estrategias eficaces para prevenir la violencia contra las mujeres, el informe advierte que la financiación para estas iniciativas está disminuyendo drásticamente, justo cuando las emergencias humanitarias, los cambios tecnológicos y el aumento de la desigualdad socioeconómica incrementan aún más los riesgos para millones de mujeres y niñas. Por ejemplo, en 2022, solo el 0,2 % de la ayuda mundial al desarrollo se destinó a programas centrados en la prevención de la violencia contra las mujeres, y la financiación ha disminuido aún más en 2025.
Riesgos generalizados y de por vida
Las mujeres víctimas de violencia se enfrentan a embarazos no deseados, un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y depresión. Los servicios de salud sexual y reproductiva son un punto de acceso fundamental para que las sobrevivientes reciban la atención de calidad que necesitan.
El informe subraya la realidad de que la violencia contra las mujeres comienza a una edad temprana y los riesgos persisten a lo largo de la vida. Por ejemplo, tan solo en los últimos 12 meses, 12,5 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años, es decir, el 16%, han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja.
Si bien la violencia se produce en todos los países, las mujeres que viven en países menos desarrollados, zonas afectadas por conflictos y entornos vulnerables al cambio climático se ven afectadas de manera desproporcionada. Por ejemplo, Oceanía (excluidas Australia y Nueva Zelanda) registra una prevalencia del 38 % de violencia de pareja en el último año, más del triple del promedio mundial del 11 %.
Un llamado a la acción y a la rendición de cuentas
Cada vez más países recopilan datos para fundamentar sus políticas, pero aún persisten importantes lagunas, especialmente en lo que respecta a la violencia sexual fuera de la pareja, a grupos marginados como las mujeres indígenas, las migrantes y las mujeres con discapacidad, así como a datos procedentes de contextos frágiles y humanitarios.
Se han logrado avances en los países donde existe un compromiso político para ello. Por ejemplo, Camboya está implementando un proyecto nacional que actualizará la legislación sobre violencia doméstica, mejorará la prestación, la calidad y el acceso a los servicios, renovará los albergues y aprovechará las soluciones digitales en las escuelas y las comunidades para promover la prevención, especialmente entre los adolescentes.
Ecuador, Liberia, Trinidad y Tobago y Uganda han elaborado planes de acción nacionales con presupuestos detallados. Las acciones legislativas y de incidencia política en estos países han contribuido a la obtención de financiación interna para este tema, lo que demuestra un mayor compromiso político en un momento de reducción de los presupuestos de ayuda.
Para acelerar el progreso mundial y lograr un cambio significativo en la vida de las mujeres y niñas afectadas, el informe pide una acción gubernamental decisiva y financiación para:
- ampliar los programas de prevención basados en la evidencia
- fortalecer los servicios de salud, legales y sociales centrados en el sobreviviente
- Invertir en sistemas de datos para monitorear el progreso y llegar a los grupos más vulnerables
- Aplicar las leyes y políticas que empoderan a las mujeres y las niñas.
El informe va acompañado del lanzamiento de la segunda edición del marco RESPECT Women: prevención de la violencia contra las mujeres , que ofrece orientación actualizada para la prevención de la violencia, incluso en contextos humanitarios.
Basta de silencio e inacción. Necesitamos líderes que se comprometan y actúen ya para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Citas de socios
«Poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas requiere valentía, compromiso y acción colectiva. Promover la igualdad de género es la clave para construir un mundo más igualitario y seguro para todas las personas, donde cada mujer y cada niña pueda vivir una vida libre de violencia». Dra. Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres
La violencia contra las mujeres inflige un daño profundo y duradero que afecta sus vidas, su salud y su dignidad. Para muchas, esta violencia se ve agravada por la discriminación basada en la pobreza, la discapacidad y otros factores, lo que las expone a un riesgo aún mayor. El devastador ciclo de abuso suele extenderse a través de las familias y las comunidades, y de generación en generación. Los datos revelan un panorama desolador de las consecuencias de la inacción. Esto debe cambiar ya. Debemos actuar con urgencia y de forma conjunta para poner fin a esta violencia y garantizar que todas las mujeres y niñas, en toda su diversidad, puedan ejercer sus derechos, desarrollar su potencial y contribuir plenamente a sociedades más justas, equitativas y prósperas. Diene Keita, Directora Ejecutiva, UNFPA
“Los datos muestran que muchas mujeres experimentan violencia por parte de su pareja por primera vez durante la adolescencia. Y muchos niños crecen viendo cómo sus madres son empujadas, golpeadas o humilladas, siendo la violencia parte de la vida cotidiana. La clave es romper este patrón de violencia contra las mujeres y las niñas”, afirmó Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF.





