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Haití se encuentra entre los países del mundo que están más expuestos a desastres naturales. Su vulnerabilidad ha aumentado con el cambio climático, la degradación ambiental y el uso no planificado del suelo en las ciudades. Las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada, ya sea por la pérdida de sus medios de vida o por el aumento de la violencia de género que a menudo se observa después de los desastres.

“Esa tarde, estaba haciendo algunos mandados aquí en el mercado local de Canapé-Vert. Mientras estaba en la fila esperando para comprar harina y verduras, me invadió una extraña sensación de desequilibrio. No había llegado al mostrador cuando uno de los vendedores comenzó a gritar de terror.

Entonces todo comenzó: el piso se puso a temblar violentamente de la nada, al igual que los edificios alrededor del mercado, haciendo que la gente saliera corriendo de sus casas en busca de refugio. En cuestión de segundos, el Mercado se volvió un caos. Inmediatamente me puse a pensar si mi casa se derrumbaría o si mi familia se lastimaría, así que rápidamente volví a casa. Y así fue. Todo mi edificio se había derrumbado. No encontré más que escombros".

Almatita es una habitante de 80 años de Canapé-Vert, uno de los principales barrios de clase trabajadora del centro de Puerto Príncipe. Madre de un hijo, ha dedicado su vida a trabajar duramente como vendedora ambulante en la capital de Haití, un trabajo que le gusta porque le permite interactuar con decenas de habitantes locales a diario.

“No es fácil olvidar esa nube de polvo blanquecino que cubría todas las calles de la capital. Todos estábamos aterrorizados,” señala Almatita.

Su vida ha consistido durante mucho tiempo en vender productos básicos como trigo, levadura, latas, azúcar morena, jugos, aceitunas, paquetes de arroz y otros comestibles. Una trayectoria de vida que se puso patas arriba cuando el terremoto de 2010 azotó la isla, dejando cientos de miles de muertos e incontables destrozos en las ciudades.

Las mujeres son la columna vertebral de la economía de Haití. Desempeñan un papel fundamental como productoras y comerciantes, al reunir a proveedores y consumidores locales. A pesar de ello, tras los diversos desastres naturales que han golpeado al país en un contexto de inestabilidad social y política, muchas de ellas aún carecen de oportunidades de empleo decente o medios de vida sostenibles.

Almatita, Marie Carmelle, Gislaine e Yvrose, son cuatro vendedoras que circulan por las calles de Canapé Vert, uno de los principales barrios obreros del centro de Puerto Príncipe. Ellas aprovecharon la oportunidad para relanzar sus negocios tras el devastador terremoto que azotó Haití en 2010 con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y una iniciativa llamada 'Mujeres Emprendedoras' (Femmes Entrepeneures).

Inicialmente, 'Mujeres Emprendedoras' se lanzó para apoyar a las mujeres empresarias tras el terremoto que azotó el país el 12 de enero de 2010 y luego se relanzó en 2018 para apoyar a las mujeres que habitaban los barrios más vulnerables de la capital, Puerto Príncipe. La iniciativa ha sido financiada por la Agencia Coreana de Cooperación Internacional (KOICA) e implementada por el PNUD en colaboración con las plataformas comunitarias de la ciudad.

'Mujeres Emprendedoras' apoya a las mujeres emprendedoras, brindándoles capacitación y mejorando sus habilidades comerciales, impulsando así su autonomía y resiliencia. Como resultado, las mujeres participantes han demostrado una enorme capacidad de recuperación, asegurando la continuidad de sus negocios durante el huracán Matthew en 2016 y el terremoto más reciente del 14 de agosto de 2021.

“El 2010 estaba bastante angustiada y tuve la impresión que el terremoto me había arrebatado todos mis recursos, sentimiento que perduró hasta que me incorporé al proyecto 'Mujeres Emprendedoras'. Fue un punto de inflexión” recuerda Marie Carmelle Faustin Joly.

La hija de Marie Carmelle, de 5 años, resultó gravemente herida y requirió tratamiento médico y apoyo de familiares durante mucho tiempo. Se vio obligada a vivir con su cuñado pues, además, perdió su trabajo como operadora de datos en una ONG local. Ella luchó por recuperarse. Su persistencia le permitió abrir su propio pequeño restaurante en Canapé Vert, donde se enteró por primera vez de 'Mujeres emprendedoras'.

A través de su participación en la iniciativa, recibió capacitaciones semanales durante 4 meses y comenzó a adoptar nuevas estrategias comerciales, incluido el cambio de su modelo de negocios a un puesto móvil que le permite llegar a más clientes.

"Ahora, es más rentable", responde simplemente cuando se le pregunta sobre su decisión de reemplazar su restaurante por un puesto móvil.

El PNUD Haití ha estado implementando dos metodologías: 'En Movimiento' (In Motion) y 'Creciendo con tu negocio' (Growing with your business).

'En Movimiento' es utilizada por el PNUD en América Latina y fue adaptada a la realidad haitiana para fortalecer a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES). Incluye módulos de capacitación sobre cómo crear un modelo de negocio, marca, control de calidad, contabilidad financiera, ventas y marketing, administración de empresas y habilidades de negociación. También brinda a los beneficiarios acceso a un soporte de diseño gráfico para tener la posibilidad de crear su propio logo personalizado y un soporte financiero para reabastecerse de productos o comprar nuevos equipos.

'Creciendo con mi negocio', se enfoca en la inversión y la autonomía financiera al entregar una pequeña cantidad de efectivo para que inviertan de manera autónoma de acuerdo con su estrategia comercial, además de ayudarles a invertir en equipos lo que, muchas veces, constituye el principal obstáculo para hacer crecer sus negocios.

“No se trata solo de ingresos. Gracias al proyecto ‘Mujeres Emprendedoras’ y al PNUD, pude acceder al equipo esencial para relanzar mi proyecto. De lo contrario, habría tenido que ahorrar meses o incluso años para comprar mi propio refrigerador,” dice Yvrose Jeantiné, beneficiaria de la iniciativa.

Esto contribuye a la creación de un entorno propicio para la igualdad de género, el empoderamiento económico de las mujeres y el incremento de la resiliencia de las comunidades locales.

“Ahora somos capaces de identificar los terremotos al instante y de reaccionar ante ellos. Nuestras tiendas están ubicadas en edificios de una sola planta como medida de precaución, nuestro sistema de suministro ahora se basa en la proximidad de nuestros proveedores. Un eventual bloqueo de carreteras entre ciudades solo nos afectaría en menor medida. Indudablemente, por unos instantes nos aterrorizamos, pero luego nos dimos cuenta que era solo el fantasma del 2010'', explica Yvrose.

Actualmente, el PNUD apoya a más de 500 pequeñas y medianas empresas de propiedad de mujeres en Haití. La metodología 'En Movimiento' dirigida a pequeñas empresas con pocos conocimientos de administración beneficia a 354 mientras que 'Creciendo con tu negocio', orientada a empresas más maduras que necesitan apoyo para ampliar el acceso al mercado local y para encontrar nuevos clientes, beneficia a 166. Cincuenta de estas mujeres emprendedoras formaron parte de un esfuerzo que comenzó en 2017 en Grand'Anse después del huracán Matthew. El PNUD está explorando nuevas vías para expandir el programa en el área tras el último terremoto.

Después de su participación continua en 'Mujeres emprendedoras', Almarita, Marie Carmelle, Ghislaine e Yvrose están felices de poder soñar en grande y decir en voz alta cuáles son sus metas futuras.

Gislaine espera convertirse en mayorista y vender mercadería a otros comerciantes locales, mientras que Yvrose quisiera especializarse exclusivamente en la venta de alimentos. Almatita, aspira a optimizar la logística y la distribución para todos los beneficiarios. Marie Carmelle tiene como objetivo la escalabilidad de su proyecto y el avance hacia una mayor calidad de vida.