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La directiva general y los comités nacionales de la organización “Estamos Salvando a Haití (NAPSA por sus siglas en Creole)” que reúne jóvenes profesionales y estudiantes universitarios haitianos, lastiman que los gobiernos de Haití y la República Dominicana estén dejando deteriorarse las relaciones existentes entre ellos y entre los dos pueblos.

El recién deterioro de las mismas se debe, entre otros factores, a la mala gestión, de ambos lados de la isla, de las consecuencias del asesinato del haitiano Jean Claude Harry cuyo cadáver  fue expuesto en un parque público en Santiago el 11 de febrero de 2015. Deben aclararse las circunstancias de este crimen, sus autores castigados y la familia de la víctima reparada.

Del mismo modo, dada la práctica ya habitual de romper o quemar la bandera nacional de uno y de otro país, NAPSA recuerda a los dos pueblos que cualquier intento de rechazar a un pueblo por la profanación de símbolos que lo representan, es ante todo un acto de auto-desprecio personal o colectivo del agresor o del grupo que comete la deshonra. 

NAPSA también recuerda a ambos - Estados que es su deber fundamental proteger, sin distinción ninguna, a todos los ciudadanos de países extranjeros que se encuentran en su territorio. Conforme a los artículos 22, 29 y 30 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (1961), es una obligación de los Estados receptores garantizar formalmente la inviolabilidad de los locales y la seguridad de los miembros del personal diplomático de todos los Estados acreditantes. Por lo tanto, es inaceptable que de un lado o de otro, la seguridad de los bienes, los locales privados y públicos y las vidas de los funcionarios no sea debidamente garantizada.

NAPSA insta pues a ambos Estados a tomar medidas urgentes para evitar la publicación tan abusiva, en la prensa y en las redes sociales, de fotos y videos que envilecen a los dos pueblos, al tiempo que incitan al odio y la violencia. La organización denuncia las imágenes difundidas, las cuales son muchas veces fotografías o películas aisladas tanto del contexto actual como de la convivencia general de los dos pueblos.

NAPSA también recuerda a los agresores haitianos y dominicanos que todo  atentado o crimen cometido contra Dominicanos en Haití o Haitianos en República Dominicana no hace sino avivar el espíritu de venganza de ambos lados de la isla y así poner en peligro la vida de los Haitianos y Dominicanos que se encuentran como extranjeros en uno de estos  dos territorios vecinos.

No se puede  aceptar que la situación siga deteriorándose. NAPSA llama  a los dos gobiernos y los dos pueblos a la calma, la razón y sobre todo a la cooperación para que la cantidad de  mártires de estas tensiones innecesarias no siga aumentando. 

Este espectáculo ignominioso y de muy mal gusto no será provechoso para ninguno de los dos pueblos. Ninguno saldrá más grande ni más próspero.  Y es muy lamentable que tales acontecimientos se den en pleno siglo XXI. Las llamadas a la ruptura de las relaciones diplomáticas y los vínculos sociales y comerciales son infantiles. Las mismas son irresponsables y marcadas por la ignorancia de los verdaderos problemas de las relaciones dominico-haitianas.

El hecho de que los dos pueblos están llamados, como resultado de su historia, a la cohabitación no es una lamentable fatalidad geográfica ni tampoco un mero cliché político, sino una realidad, una riqueza y una oportunidad a compartir.

El fin del Programa Nacional de Regularización (PNRE) se acerca. Por un lado, dicho programa se inició con grandes fallas. Por otro, el gobierno haitiano se mostró irresponsable al momento de ofrecerles a sus ciudadanos los documentos de identidad. De ello, resulta que momentos difíciles se avecinan para cientos de miles de inmigrantes haitianos en República Dominicana y de Dominicanos y Dominicanas de origen haitiano. La turbulencia actual no debe utilizarse como una distracción, en detrimento de un acuerdo conjunto y una solución preventiva a esta crisis inminente. Todavía hay tiempo para recuperarse. ¡Gobernar es conquistar el bienestar de todos y para todos! 

Para el directorio de NAPSA

Joseph Harold PIERRE, Coordinador general. Residente en República Dominicana

Smith AUGUSTIN, Secretario técnico. Residente en Canadá

Wooldy Edson LOUIDOR, Encargado de comunicaciones. Residente en Colombia

Gulin BONHOMME, Encargado de proyectos. Haití

 

Fadjah DURANDISSE, Encargada de Finanzas. Residente en República Dominicana