Hoy, se oye un grito desde lo más profundo de la humanidad: “des empoderamiento!!!”. “Des instalación!!!” de la Vida Consagrada… Solamente en los albores de nuestra fundación se vivió la Debilidad Solidaria en Comunidad Apostólica y Profética… En la actualidad lo que determina el servicio que ofrecemos en la Vida Consagrada es la sostenibilidad comunitaria… Aquí hemos llegado a partir de un proceso de muchos años para “formalizar un servicio”, que trasciende nuestras fuerzas personales pero que se apoya en ellas…, se necesitan recursos económicos y a partir de que hemos ido YOIZANDO LA ESPIRITUALIDAD; es decir, mi Valor Originario ha llegado a ser determinado por las relaciones beneficiosas del Yo, no por la relaciones solidarias que el Ser Trascendente sembró en mi corazón… des configuramos la Profesión de Fe que hacemos.
A partir de que nuestra Comunidad Apostólica y Profética va creciendo y adquiere significatividad en la sociedad, se hace sentir en la sociedad…, nos sentimos conductores sociales a la vez que servidores financiados, olvidamos la Debilidad Solidaria…
Nosotros, en la Vida Consagrada, vivimos y nos sentimos seguros habiendo renunciado a la seguridad y a los bienes materiales haciendo voto de pobreza no somos pobre y perdemos la calidad de nuestra identidad. El voto de pobreza se nos ha convertido en disfrutar de todo lo necesario para vivir y no poseer nada. Cuando un religioso o religiosa cambia de comunidad no se lleva más que sus ropas y al llegar a la nueva residencia comunitaria encuentra de todo. Aparéjeme ese cangrejo… El P. Kolvenback, sj., nos decía: ”…la obediencia nos envía; pero la pobreza nos hace creíble…”
Jesús no hizo voto de pobreza sino que se hizo pobre despojándose de los poderes divinos y asumiendo la DEBILIDAD SOLIDARIA CONFIANDO EN DIOS…, desde que nace hasta que muere… Y no le faltaron ofertas, Jn.6, 15, quieren hacer Rey a Jesús… Ese Jesús es el que nos ha motivado para optar por la Vida Consagrada… Cómo vivimos en la actualidad nuestra consagración?
Actualmente vemos con mucha esperanza la actitud simbólica de des empoderamiento, sencillez y humildad evangélica del Papa Francisco, quien se despoja de un ropaje y un protocolo de la época constantiniana…, por aquí va la lógica del Vaticano III… Aquí está nuestro desafío: iniciar un proceso de des empoderamiento, de des instalación de la Vida Consagrada para recuperar el Valor Originario Personal y el Valor Fundante Institucional, teniendo en cuenta al otro como a mí, partiendo de una relación personal con Dios, por los caminos de la espiritualidad personalizada y la vivencia comunitaria.
Los cambios vienen desde dentro