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Cultura y sociedad | José Luis Soto

El cantante y compositor uruguayo Daniel Viglietti falleció este 31 de octubre, dejando a la Latinoamerica su obra que ha sido cantada desde el sur hasta el Gran Caribe

Volveremos.

Su biografía  

Nacido el 24 de julio de 1939 en el seno de una familia de músicos —su madre era la pianista Lyda Indart, y su padre el guitarrista Cédar Viglietti—, desde niño entra en contacto con la música clásica y popular. Estudia guitarra con los maestros Atilio Rapat y Abel Carlevaro, adquiriendo así una sólida formación como concertista para luego dedicarse, en los años 1960, principalmente a la música popular.

Durante esta década desarrolla una intensa actividad como autor-compositor, cantor, docente y locutor en radio, que se inscribe en una creciente movilización popular en Uruguay. Participa en el semanario Marcha, y crea y dirige el Núcleo de Educación Musical (Nemus). Su primera obra discográfica es “Impresiones para canto y guitarra y canciones folclóricas” de 1963, a la que le seguirán cinco producciones más hasta 1973.

Su obra adquiere un carácter radical de fuerte contenido social y de izquierda, con letras asociadas a las luchas populares en Uruguay y en Latinoamérica. En el marco de represión de los movimientos de izquierda que precedió al golpe de estado cívico-militar de 1973, Viglietti es preso en 1972. La campaña por su liberación desde el exterior fue encabezada por nombres como Jean Paul Sartre, François Mitterrand, Julio Cortázar y Oscar Niemeyer.

En 1973 comienza su exilio en Argentina, que después continuará en Francia, país donde vivió por 11 años. Durante el exilio retrae su capacidad de composición, todas las canciones de entonces sólo se publican a su regreso, en un disco grabado en vivo, “no por casualidad” titulado “Trabajo de hormiga”. No obstante, continúa un intenso trabajo periodístico y radiofónico, y sobre todo recorre el mundo en giras musicales solidarias, llevando su canto y denunciando la dictadura en el Uruguay y varios países de Latinoamérica.

Su exilio termina con su regreso a Montevideo el 1 de septiembre de 1984, donde es recibido por miles de personas en un recital que recuerda como “el más emocionante en 40 años de carrera”. Desde entonces edita y reedita numerosos trabajos entre los que se destaca, en particular, el titulado A dos voces con Mario Benedetti en 1985, reflejo discográfico de numerosos recitales realizados junto al gran poeta uruguayo durante el exilio compartido por ambos.

Durante muchos años, fue imposible encontrar sus discos de antes de la dictadura, debido a la compra del sello Orfeo por multinacionales de la música con otros intereses y a los contratos leoninos que lo ligaban a este sello. Recién en 1999, después de un largo juicio, Viglietti logra recuperar sus derechos. Remasterizados por él mismo, sus discos de los años 1960 y 1970 son entonces reeditados en CD por el sello Ayuí / Tacuabé.

Su obra musical se caracteriza por una particular mezcla entre elementos de música clásica y del folclore uruguayo y latinoamericano. Desde “Hombres de nuestra tierra”, su segundo disco a dos voces con Juan Capagorry, inicia un trabajo compartido con escritores, musicalizando luego poemas de Líber Falco, César Vallejo, Circe Maia, los españoles Rafael Alberti y Federico García Lorca, el cubano Nicolás Guillén entre otros.

Entre sus composiciones más conocidas están A desalambrar, Canción para mi América, Milonga de andar lejos y Gurisito. Su obra tiene proyección mundial, siendo interpretada por cantantes de varias nacionalidades, como Víctor Jara, Amparo Ochoa, Isabel Parra, Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Chavela Vargas y Soledad Bravo entre muchos otros.