Las labores de preparación para limitar el impacto de El Niño de este año están cobrando fuerza en América del Sur, y prestando especial atención a los sectores que son más vulnerables a las condiciones climáticas extremas.
Actualmente en el océano Pacífico tropical se está produciendo un episodio de El Niño fuerte y maduro y se prevé que se intensifique todavía más. Es el más fuerte desde 1997-1998 y podría convertirse en uno de los cuatro episodios más fuertes desde 1950, según el último Boletín de la OMM.
Desde la publicación del Boletín de la OMM, los servicios meteorológicos de todo el mundo han estado informando a las instancias decisorias de los impactos nacionales y locales, que incluyen las precipitaciones e inundaciones extremas, las sequías y las olas de calor.
En concreto, el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) ha organizado reuniones informativas para las instancias normativas y los representantes de los sectores de la gestión de riesgos de desastre, la agricultura, la producción alimentaria, la salud, el turismo y otras industrias de América del Sur.
Las reuniones informativas forman parte de una campaña mucho más amplia de movilización, coordinación e información diseñada para maximizar la seguridad pública y minimizar las pérdidas económicas y materiales. El desastroso evento de El Niño de 1997-1998 causó sequías e inundaciones en diferentes zonas de América del Sur. Solo en la región andina el coste estimado en pérdidas de producción, daños a infraestructuras y servicios ascendía a más de 7 500 millones de dólares de Estados Unidos.
El CIIFEN, con sede en Guayaquil (Ecuador), es el Centro Regional sobre el Clima de la OMM para la región occidental de América del Sur. El CIIFEN y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebraron, el 15 de septiembre, una reunión informativa conjunta para los representantes del sector sanitario de diferentes países de la región. La reunión contó con el apoyo de la Oficina Conjunta OMS/OMM para el Clima y la Salud, establecida en Ginebra en 2014 para mejorar los resultados sanitarios mediante un mejor uso de la información meteorológica y climática.
“Este es un ejemplo perfecto de un claro servicio climático al sector sanitario”, comentó Rodney Martínez, director internacional del CIIFEN. “Estoy convencido de que entre todos estamos contribuyendo a mejorar la situación respecto a este episodio de El Niño, pero tenemos que seguir avanzando”.
Los episodios de El Niño pueden tener un efecto importante en el sector sanitario. Los cambios en la temperatura, la humedad y las precipitaciones influyen en las enfermedades transmitidas por vectores, como el paludismo y la fiebre del dengue, y en las enfermedades transmitidas por el agua como la diarrea y el cólera. A ello se suman las inundaciones y sequías relacionadas con los efectos sanitarios y nutricionales, así como los daños directamente causados a la infraestructura de salud.
Por ejemplo, en el episodio de El Niño de 1997-1998, en el centro de Ecuador y Perú las precipitaciones fueron más de 10 veces superiores a los niveles normales, lo que provocó inundaciones, erosión extensiva y deslizamientos de lodo que redundaron en pérdidas de vidas, la destrucción de hogares e infraestructuras y daños en suministros de alimentos. En Perú, cerca del 10% de las instalaciones sanitarias sufrieron daños.
A raíz de la reunión conjunta con la OPS, el CIIFEN celebró una reunión nacional con las autoridades sanitarias y profesionales de la medicina de todo Ecuador.
Se han celebrado reuniones similares con órganos decisorios de todos los niveles gubernamentales y del sector privado.