Los escándalos que durante la pasada semana han sacudido al gobierno de Danilo Medina, evidencian la dimensión de la estructura de poder delincuencial que acogota este país. También, que éste no para mientes para impulsar su proyecto reeleccionista iniciado desde antes de asumir el poder, para lo cual, entre otras iniciativas de acumulación de capital, no ha dudado en prostituir la Ley del 4% para la educación, mediante un vasto plan de construcción de escuelas a través de la estructura mafiosa llamada OISOE.
Los concursos para la asignación de planteles escolares a arquitectos de limitado o de ningún tipo de capital, fueron vendidos como “ejemplo de democratización de la asignación de obras del Estado” por los diferentes voceros y “bocinas” del gobierno. Sin embargo, estos han sido una verdadera estafa, que se ha demostrado de la manera más dramática con la muerte, aún no aclarada, de un arquitecto extorsionado y estafado por la mafia que opera en la OISOE, de la que todo el gobierno tiene y tenía pleno conocimiento de su existencia.
Hay que insistir en que el modelo económico de los gobiernos del PLD, al igual que los de Trujillo y Balaguer, descansa en la construcción de obras públicas no sólo para dinamizar la economía, sino para la acumulación de capital de parte de sus ejecutantes, para fortalecer un grupo político y sobre todo la figura del jefe del gobierno ejecutante. Con las obras públicas, Trujillo potenció su riqueza personal, Balaguer creó sus famosos 300 millonarios y el PLD ha formado un nuevo grupo de millonarios cuyas fortunas compiten con la de millonarios de familias tradicionales.
Danilo, con su proverbial habilidad, le ha dado un giro a la estrategia de construcción de obras del Estado para sacarle el máximo de rentabilidad política. Sin abandonar las grandes obras iniciadas por Leonel e incluso iniciando algunas él mismo, comenzó un vasto proyecto de construcción de planteles escolares, aparentemente más modesto, pero de mayor impacto en las localidades donde estos se construyen. Dinamizan relativa y brevemente economías locales, al tiempo de incrementar la estructura clientelar para él y para su partido.
A parte de los referidos beneficios políticos, esas construcciones las envuelve y justifica en la Ley que obliga al gobierno a asignar el 4% del presupuesto a la educación, prostituyendo de ese modo una de las más importantes conquistas ciudadanas. El ministro de Educación se regodea diciendo que a la población no sólo se le construyen aulas, sino que estas “garantizan las tres calientes”. Una expresión afrentosa para toda persona con un mínimo de sentido de la dignidad.
La manipulación de la aplicación del 4%, que complementan las llamadas visitas sorpresas, otra estafa, son expresiones retorcidas de su concepción económica, basada en la del economista peruano Hernando de Soto, que plantea potenciar la microempresa para reducir la pobreza, sólo que aquí por la inveterada tendencia de Medina a la politiquería, la idea es utilizada para su proyecto reeleccionista y para eso utiliza la OISOE.
Otro ejemplo de que este gobierno lo pervierte todo: la conquista del 4% para la educación la está utilizando básicamente para su reelección.