La Campana de la Libertad que se exhibe en el Independence Mall de Filadelfia, símbolo de la democracia estadounidense, es conocida por su famosa grieta. La campana fue fabricada en Londres en 1751 y se rajó la primera vez que fue golpeada, por lo que se la fundió y volvió a fabricar en Filadelfia, donde sonó durante alrededor de cien años en el Capitolio del estado de Pensilvania, que ahora se conoce como Independence Hall.
Años más tarde, la campana se volvió a rajar y finalmente se dejó de utilizar y pasó a tener el significado simbólico que conocemos hoy, de inspiración a los movimientos por la abolición de la esclavitud y el sufragio de la mujer, entre otros. La Convención Nacional Demócrata que se celebró en Filadelfia esta semana también ha inspirado a muchas personas de diferentes movimientos sociales, como los movimientos por el control de armas, la justicia racial y económica y los derechos de las personas LGBTQ. Sin embargo, en el momento en que por primera vez en la historia de Estados Unidos una mujer fue nominada candidata a la presidencia por uno de los principales partidos, se ha suscitado una profunda división en el Partido Demócrata. El senador Bernie Sanders aceptó la derrota ante Hillary Clinton y apoyó su candidatura, pero muchos de sus seguidores no lo han hecho. Cientos de ellos se retiraron de la Convención a modo de protesta cuando se formalizó la candidatura de Clinton el martes por la noche.
La candidatura de Hillary Clinton es histórica. Tiene muchas posibilidades de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos. Al final del proceso de votación llevado a cabo durante la Convención, se llamó a la delegación de Vermont, el estado de donde proviene Sanders, a subir al estrado para anunciar el voto de sus delegados, luego de que hicieran lo suyo los de Wyoming. La portavoz de Vermont enunció los votos de los delegados y, a continuación, Bernie Sanders, cuya insurgente campaña sacudió las estructuras de la monstruosa campaña de Clinton, se puso de pie y tomó la palabra:
“Señora presidenta, propongo que la convención suspenda las normas de procedimiento. Propongo que todos los votos emitidos por los delegados se incluyan en el acta oficial y propongo que se proclame a Hillary Clinton candidata por el Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos”. Tras las palabras de Sanders, se omitió realizar el conteo final de votos que cada candidato había obtenido y Clinton fue nominada “por aclamación”.
El estadio Wells Fargo se colmó de aplausos y ovaciones. Mientras miles de asistentes a la Convención entraron en estado de euforia, algunos cientos simplemente se retiraron. Entonando cánticos y consignas, 300 delegados de Sanders, entre ellos varios de Vermont que momentos antes habían estado en el estrado junto a él, salieron del estadio y se dirigieron a la sala de prensa para expresar su desacuerdo con el proceso y anunciar la campaña “No Voice, No Unity” (Sin voz no hay unidad).
La delegada de Sanders Felicia Teter afirmó ante las cámaras de “Democracy Now!”: “Nunca fuimos bienvenidos aquí, nunca quisieron que estuviéramos aquí. No están escuchando la voz del pueblo y siguen sin tener en cuenta los votos de la población. Le demostraremos al Partido Demócrata que si no nos incluyen y no nos aceptan en su partido, nos iremos y perderán frente a Trump, y no será nuestra culpa, sino la de ellos porque no escucharon a la población, no escucharon a la persona que llegó a la cima desde abajo. Simplemente nos ignoraron, nos excluyeron”.
Muchos delegados de Sanders mencionaron cuestiones en las que discrepan profundamente con Hillary Clinton, desde el apoyo inicial de la candidata al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) y el desconocimiento de su posición actual al respecto, hasta su estrecha relación con Wall Street y su constante y sistemático apoyo a las interminables guerras en Medio Oriente, que continúan expandiéndose.
El acto de protesta de retirarse de la Convención fue también impulsado por la filtración de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) publicados por WikiLeaks apenas días antes de la Convención. Algunos de los mensajes demostraron que el DNC (LEER: “Comité Nacional Demócrata”) y su presidenta, la congresista Debbie Wasserman Schultz, hicieron un gran esfuerzo por perjudicar a Sanders y a su campaña. Los correos electrónicos fueron noticia durante todo el fin de semana. El lunes, Wasserman Schultz había anunciado su renuncia a la presidencia del DNC. Bernie Sanders acusó durante meses al Comité Nacional Demócrata de favorecer a Clinton a lo largo de la campaña. Ahora, sus seguidores tienen pruebas y muchos llevaban carteles con la leyenda “fraude” en el momento en que salieron de la Convención.
La Campana de la Libertad dejó de utilizarse debido a una rajadura apenas visible. La famosa grieta que se ve hoy en la campana se hizo a propósito, en un intento por repararla. El Partido Demócrata tiene un gran desafío por delante: lograr unir a sus miembros para derrotar a uno de los candidatos a la presidencia más intolerantes y divisivos, según algunas personas incluso fascista, de la historia moderna de Estados Unidos, Donald Trump. El partido tiene una grieta profunda y visible. La cuestión radica en si puede repararla a tiempo para derrotar a Trump.