Un libro que estoy leyendo ahora dice que las “decisiones económicas no son solo una cuestión de tasas de crecimiento y de déficits presupuestarios, sino también una cuestión de vida o muerte” porque al final de cuentas estamos tratando con la vida de la gente: gente que se empobrece, que no puede comprar medicinas, que no tiene empleos, o pierde su casa, etc.

Esta carrera loca de endeudamiento acabará en un severo ajuste fiscal, el cual se dará a la buena (una reestructuración del gasto, prohibir deuda para gastos corrientes, rendición de cuentas, auditoria de préstamos, responsabilidad fiscal) o a la mala, a través de un doloroso ajuste fiscal impuesto por los acreedores, que implicará impuestos, austeridad, desempleo, pobreza y otros males sociales.

Hoy lunes (12/12/16) publiqué un artículo sobre el préstamo absurdo de US$50 millones de dólares para cubrir gastos corrientes del Ministerio de Hacienda. En ese artículo pedía explicaciones de para que se necesita un préstamo de US$50 millones o RD$2,330 millones (aprobado el 8 de diciembre 2016) para “elaborar actas de reuniones, borradores de resoluciones, planes de acción, oficios, comunicaciones de resoluciones y artículos de leyes. Eso hay que aclararlo". ¡Insólito!  

Pero hoy día tuve que analizar una nueva iniciativa del gobierno de un presupuesto complementario mediante el cual se solicita la emisión de más deuda pública, esta vez por RD$11.8 millones, de los cuales RD$4.7 son para las plantas de Punta Catalina y RD$7.1 mil millones para cubrir gastos no especificados.

De esta solicitud de más prestamos se podría decir los siguiente:

Seremos los ciudadanos y ciudadanas de este país los que a la larga o la corta pagaremos esta carrera de endeudamiento. Nosotros tenemos el derecho de exigir transparencia y decencia en el manejo de los fondos públicos, pero sobre todo pedimos que se pare esta carrera que nos llevará a un ajuste severo que se pagará con nuestra “sangre, sudor, esfuerzo y lágrimas”.