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Opinión | Por Héctor Turbí/Economista y activista social

¿Por qué Estados Unidos se convirtió tan rápido en el epicentro de la pandemia global de la Covid-19?. Las respuestas están entre el énfasis al afán de lucro o la vida, pero será muy difícil que la extrema derecha entienda razones.

Al momento que se escriben estas notas y siguiendo los reportes oficiales Estados Unidos tiene 1,158,536 personas infectadas, un 33.62% del total mundial y 67,067 fallecimientos para un 27.47% de los decesos globales. La dinámica actual de las proyecciones estadísticas, indican que los EEUU terminaran esta primera ronda o brote global de la pandemia ocupando un indiscutido primer lugar en torno al 40% de los contagios y 30% de los fallecimientos.

Si consideramos que la población estadounidense de 331 millones de habitantes representa apenas el 4.26% de la población mundial, estas cifras deberían significar para la humanidad algo más serio que la existencia de un supuesto virus chino.

Son cifras muy tristes: La inmensa mayoría de esos fallecimientos han podido evitarse, no es posible que la nación más poderosa del mundo con más medios disponibles que ninguna otra, esté teniendo un desempeño tan catastrófico frente a esta pandemia, bajo comparación alguna que se pueda hacer con cualquier otra nación de América, Asia, África, Europa u Oceanía. Buscar chivos expiatorios puede servir para las distracciones políticas y  Bullyng mediático, no obstante, para muchos en el mundo esto es increíble e incomprensible.

¿Qué habría pasado en China un país de más de 1,400 millones de habitantes si se hubiese permitido que el virus se difundiera como en EEUU, mientras su presidente está hablando tonterías?

Reino Unido terminará ocupando el poco privilegiado segundo lugar detrás de EU, aunque las cifras actuales mantienen a Italia provisionalmente en segundo lugar en cuanto a fallecidos. Que las dos principales potencias capitalistas de los últimos dos siglos sean las más afectadas también debía decirnos algo, e incluso que las antiguas sedes de los principales imperios esclavistas, feudales y capitalistas occidentales sean también los puntos más golpeados, llama la atención, aun solo sea como reflexión histórica.

En América Latina y El Caribe, no debía sorprender que Brasil, aun siendo el país con mayor peso de la región con una población de 211 millones que representa el 32.72% del total de la región, tenga en su haber más de la mitad de todos los decesos reportados, 6,701 para un 50.17%.

¿Es casual que EU, Reino Unido y Brasil encabezan estos datos tan desastrosos?, ¿Qué tienen en común?, Por lo pronto Donald Trump, Boris Johnson y Jair Bolsonaro que lideran estos países comparten ideas supremacistas, neofascistas y militaristas de extrema derecha en el concierto de la elite internacional y han minimizado sin tapujos la gravedad de la pandemia en términos de considerarla una gripe más y  oposición radical a que las medidas para enfrentarla  frenen las actividades económicas, entiéndase la acumulación lucrativa, pues el dilema entre salud y economía es falso.

Estos líderes son al mismo tiempo representantes de los sectores más agresivos  impulsores del capitalismo neoliberal contemporáneo en descomposición, expresión de las alianzas más depredadoras del capital financiero, fondos buitres, junto a las corporaciones de latifundistas, agro empresas de monocultivos, inversores de los negocios  sucios de los combustibles fósiles,  incluyendo la industria fracking negadores del cambio climático, y todos sus grupos de choques, paramilitares, prebostes, fanáticos religiosos, gendarmerías que lo mejor que tienen para ofrecernos a los trabajadores es que aceptemos sus directrices como mesías predestinados y ungidos que son, o de lo contrario nos chantajean con la muerte y hasta posible  holocausto e invierno nuclear. Que nadie toque los privilegios del 1%.

En Estados Unidos y Brasil se proyecta un caos de proporciones aun indefinidas. Una de las características ya claramente establecidas del coronavirus es su meteórica propagación, aunque  su nivel de mortalidad no sea tan alto, tiene un potencial innegable para hacer colapsar los sistemas sanitarios debilitados en todo el mundo en las últimas décadas por la pandemia del capitalismo Neoliberal, por tanto se ha revelado como el punto crucial para enfrentar la  Covid-19, la acción rápida de los estados y las sociedades antes de que el virus se propague de manera incontenible e incontrolable.

Como Trump y Bolsonaro se negaron a encabezar la acción rápida en sus países aun teniendo información privilegiada desde principio de enero, dejaron que el virus se masifique y además obligaron a gobernadores y alcaldes a desarrollar una multiplicidad de medidas pobremente coordinadas y ellos como mandatarios han perdido autoridad y legitimidad frente a sus países. En los próximos días van abrir crecientemente actividades económicas que están paralizadas, pero sin planes nacionales sincronizados, cuando ni siquiera tienen idea de los niveles de contagios existentes, lo cual, a su vez va a ser aún más difícil normalizar las actividades porque en cualquier momento podrán repetirse los colapsos hospitalarios y de enterramientos que ahora estamos viendo en diferentes puntos.

El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo hizo referencia a un estudio que estima que en estos momentos, al menos el 20% de la población de ese estado esta probablemente contagiada, si consideramos que solo un 10% de la población de Los Estados Unidos este afectada por el virus, seria más de 30 millones de habitantes en todo el país, aun cuando las estadísticas oficiales solo hablan de 1, 158, 536 casos, haciendo poquísimas pruebas  comparativamente.

Lo que vamos a ver en los próximos meses tanto en Estados Unidos como en Brasil es que en los hechos e implícitamente, se va aplicar la estrategia de Boris Johnson de la mentada “inmunidad de rebaño”, es decir dejar que se contagie el mayor número posible de gente para que generen anticuerpos, teorías que ni siquiera están claramente establecidas en el caso del virus de la Covid-19. Además de irresponsables, hay que llamarlos como los que son: CRIMINALES.

El coronavirus ha venido a representar una verdadera calamidad para el mundo del trabajo y los pueblos del sur global que luchamos por otro mundo posible, pero indudablemente que la Covid-19 también le ha echado una vaina al menos por ahora a los negocios lucrativos de la elite global y esta situación ha generado un cierto desquiciamiento de los factores más radicales de la extrema derecha.

Es impresionante la cantidad de teorías conspirativas, disparates que se están inventando algunos medios hegemónicos occidentales, escribidores y “formadores de opinión”. Es increíble cómo se ofende la inteligencia de nuestros adolescentes, jóvenes y hasta los más elementales principios lógicos del sentido común.

Y es claro que no podrían faltar los chivos expiatorios de Venezuela, Cuba e Irán para solo mencionar esos tres países, pero la mala jugada con la que el coronavirus ha desacreditado a la extrema derecha ha generado delirios y retorcimientos de la realidad verdaderamente espeluznantes.

Sería imposible no decir aquí al menos algo del caso venezolano, porque francamente que es sobrecogedor el “cariño”, que las elites estadounidenses y europeas le han tomado al pueblo venezolano, porque  si en el año 2019, después de tanto acoso, bullyng, sosobra, autoproclamaciones,  quiebra económica, incautación de activos, quiebra del sistema de salud, debacle del sistema eléctrico y de servicios, desabastecimiento de todo lo que se pueda pensar, atentados, golpes, contragolpes, asedios fronterizos, todos las opciones sobre la mesa y no se sabe cuántas cosas más ……si después de todo eso, ese pueblo no se ha rendido, pues los latinoamericanos y caribeños tenemos más que razones para amarlo incondicionalmente.

Es en esa situación que llega el 2020 junto a la Covid-19 y ocurre lo impensable: En la Venezuela asediada, fragilizada, puesta en condiciones increíbles de vulnerabilidad han muerto hasta ahora 10 personas por el coronavirus, mientras que en la primera potencia del mundo 67,067, ¿Pero ¿cómo puede ser virgen santa?.

Se podrá decir que en Venezuela las cifras de infectados y fallecidos están sub registradas, pero eso está pasando en todos los países no es una explicación lógica. En estas notas hacemos comparaciones usando mayormente la cifra de decesos, porque los muertos son más difíciles de esconder.

 El caso es que no se han visto en Venezuela 98 decesos en un solo asilo de ancianos y camiones llenos de muertos como en Nueva York, tampoco varios miles de muertos recogidos en casas y calles como en Ecuador, fosas comunes como en el norte de Brasil, ni las escenas dantescas de Madrid, Milan y Bergamo en Italia. Mike Pompeo tiene un relacionador público en Venezuela, el señor Juan Guaido, no es posible que todos estos muertos estén en la calle y los medios que le publican a ese señor hasta los brincos fingidos en una verja, no publiquen todos esos muertos.

¿Cómo es posible que solo en el Estado de Florida, la meca de la extrema derecha estadounidense y latinoamericana con 20 millones de habitantes, tenga 1,364 muertos, 136 veces más muertos que en Venezuela con 30 millones de habitantes?, ¿Dónde se habrá metido Marcos Rubio, el señor que le da órdenes a los generales del ejército de Venezuela que nadie lo oído contar los muertos?

Las razones reales por la que Venezuela ha tenido hasta ahora un éxito que se podría relativizar pero no desconocer contra el coronavirus, son fácilmente comprensibles: es un pueblo que está en guerra permanente diversificada y el coronavirus, lo ha asumido simplemente como una guerra más, su dirigencia comprendió el problema existencial y actuó rápidamente antes de que la situación se descontrolara, ha sido la misma principal clave de todos los países que hasta ahora han podido mostrar algunos éxitos, el vínculo y rápida cooperación de China, Rusia, Cuba y de otros organismos internacionales, así como la realización de pruebas masivas, ha hecho la diferencia con respecto a los demás países latinoamericanos y los propios EU.

Ah, pero esperen que el genio de Donald Trump tiene una explicación más creativa y objetiva: ES EL NARCOTRAFICO, la causa del éxito Venezolano frente a la Covid-19, armémosle un expediente, vamos a ofrecerle 15 y 10 millones de dólares por los principales líderes chavistas y vamos a mandarle barcos, destructores y todo tipo de pertrechos militares para cercar aún más a Venezuela. A Pompeo no le llego a la mente que en esos mismos días se descubrió el escándalo de narcotráfico de la ÑEÑEPOLITICA en el que se develo el financiamiento en la última elección presidencial del uribismo, y que no fue en Venezuela, sino   en Colombia, además se le olvido que ese país es el primer productor mundial de cocaína, principal estupefaciente consumido en los Estados Unidos.

El otro tema favorito de Trump son las mal llamadas sanciones con las cuales provoca otra cantidad de decenas de miles de muertos, aun así, la Casa Blanca y hasta la Unión Europea dicen que las sanciones no afectan la compra de implementos médicos y medicamentos.

En medio del desastre que está viviendo Europa todavía a los jefes de la Unión Europea le queda tiempo para expresar su “preocupación” por la catástrofe humanitaria que la Covid-19 puede crear en Venezuela. No está mal que se preocupen por el pueblo venezolano, pero los 27 miembros de la Unión Europea acumulan al día de hoy 107,413 muertos, más 28,131 del Reino Unido para un 55.52% del total mundial, sin incluir otros países que no forman parte de la UE y no se han escuchado las preocupaciones por sus propios ciudadanos. En Italia fueron los militares rusos, los médicos chinos y cubanos que han ido en socorro. Son tan serviles a Trump que están dispuestos acompañarlo en una guerra contra Venezuela, prueba de lo cual son la incautación de más de 9 mil millones de dólares de activos venezolanos en países europeos.

¿Trump es capaz de lanzar una guerra contra Venezuela o Irán en medio de esta pandemia?, ¿En serio?, No puede evitar la muerte de sus ciudadanos en su propio Estado de Nueva York, no puede proteger a miles de sus marines que se han contaminado del coronavirus, al contrario, despidió al Capitan Brett Crozier, comandante del portaviones USS Theodore Roosvelt  porque reclamó en una carta que se filtró, que se tomaran medidas para que los marines no mueran, si encima de todo eso está dispuesto a una nueva guerra en el extranjero para matar más gente, ¿Qué más podríamos esperar?

La elite estadounidense podrá destruir a Venezuela, irán o cualquier otro país, pero difícilmente ganara una guerra en gran escala en las actuales condiciones y la presente década, al menos esa es la conclusión que se puede sacar de sus últimas aventuras bélicas en Afganistán, Irak, Libia y Siria, más de 2 millones de muertos en toda esa zona y varios países destruidos para de todas formas tener que admitir públicamente que ellos sabían que en Irak no había armas de destrucción masiva.

No obstante, Trump seguirá desesperado por mejorar sus  posibilidades electorales y obsesionado con los muertos, en Venezuela ha ofrecido dinero por la cabeza de Maduro y otros líderes chavistas, un desperdicio que los contribuyentes estadounidenses debían reclamarle, pues ya bastante dinero han invertido en un presidente encargado que no puede ni siquiera dar información para “capturar a Maduro”.

Trump ha debido considerar la idea de mandar a matar a Maduro es algo completamente lógico con su comportamiento psicópata, pero mirando más detenidamente   las cosas, quizás piense que sería mejor mandar a matar a Guaidó en una operación encubierta, porque así es seguro que los jefes de la Unión Europea lo van ayudar a su guerra contra el Chavismo. La muerte de Guaidó, las bocinas del imperio se la pegarán inmediatamente a Maduro no importa quien la ejecute, mientras que la idea de mandar a Matar a Maduro es claramente una declaración de guerra abierta que el chavismo y el pueblo venezolano no dejarían de responder.