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Opinión | José Luis Soto

En los  más de 100 años que lleva la migración haitiana a la República Dominicana el Rara parte fundamental de la cultura del pueblo de Haití fue traído al país por los inmigrantes haitianos contratados para hacer labores en el corte y tiro en las plantaciones de caña.

Crearon comunidad en los denominados bateyes ( donde vivían) en el Este, Sur y Norte y al rededor de Santo Domingo, en  la parte este de la isla que comparten ambas naciones.Es sin dudas que tanto en Haití como en Dominicana el Gagá y el Rara es un acto de resistencia contra el explotador.

El Rara haitiano tomó nombre propio llamándose el  Gagá dominicano, manifestación cultural que integra música, danza y religiosidad. Como todas las celebraciones típicas de la época primaveral, se relaciona a los ciclos productivos de la tierra y a la fertilidad.

“Hay un culto a esa posibilidad de reproducir la vida que da la madre naturaleza. Por eso en la danza está tanto en juego el vientre, la sensualidad. Es algo simbólico”, explica el  sociólogo e investigador,  José Roldan Mármol

Todos los investigadores consultados explican que el Gagá tiene su origen en Haití, y que este  empezó a introducirse en el país con las migraciones de trabajadores haitianos a principios del siglo XX.  Se cree, por referencia ancianos hacedores de esa historia oral que el  Gagá se celebró  por  primera vez en bateyes de La Romana  en 1941; y en Quisqueya  (provincia  de San Pedro de Macorís)  en 1943.

Característica del Gagá o el Rara (sin acento)

 "Una sociedad nueva domínico-haitiana es la del Gagá (la pronunciación dominicana de «rara», una sociedad haitiana), basadas en Dominicana mayormente en «bateyes» (comunidades cañeras en torno a un ingenio) en tiempos de Cuaresma. Su dueño/a incurre una promesa de siete años a un «misterio» (deidad) de la familia petró (una familia criolla de deidades); su música es un conjunto de tambores (tambour) de origen haitiano y varios aerófonos de un solo tono, sean de bambú (vaccine o «fotuto») sincronizados o metal" .

Quién más define esa relación del trabajador haitiano con el Rara o el Gagá en los bateyes dominicanos es el profesor Dagoberto Tejada, con toda una vida dedicada a la investigación, promoción y reconocimiento de esa expresión cultural haitiana que llegó y se quedó entre nosotros. "A partir del mes de febrero de cada año, un sonido contagioso y alegre se apodera de los sábados en loa noche de varios bateyes de nuestro país. Picadores de caña, trabajadores, amas de casa, niños, etc., practican ceremonias y bailes que culminaran la noche del Jueves Santo, el día entero del viernes, el sábado y el Domingo Santo. Son las festividades del Gagá.".

La comprensión del Gagá en cuanto a su manifestación, estructura y función en nuestro país, aunque tenga antecedentes históricos coloniales y orígenes haitianos, hay que buscarlas esencialmente en las características que ha asumido la formación de la sociedad dominicana, ya que el Gagá, como expresión mágica-religiosa, como manifestación cultural y folklórica, es el resultado de una organización socio-económica, de un sistema de relaciones sociales específicas, de explotación, donde la caña, el ingenio azucarero, las condiciones de trabajo, la vida en los bateyes, obligan a los hombres a interpretarlo, reproducirlo, contestarlo y recrearlo, señala Tejada en un artículo publicado en el periódico digital Acento, donde además hace referencia a un texto sobre que escribió en la desaparecida Revista Ahora sobre el Gagá. 

En los años en los años 70 y hasta finales de los 80 la República Dominicana vivió una rica explosión de la música haitiana. La misma era bailada y tocada en discotecas, difundida en la radio-televisión y con frecuencia se presentaban agrupaciones de konpa en establecimientos de diversión. Pero, además, en  Dominicana se estableció una orquesta de músicos haitianos muy querida y recordada que se hacía llamar “Los Diplomáticos de Haití”. Algunos  de sus grandes éxitos fueron aquellos contagiosos merengues haitianos bobine o inflación que llenaron toda una época.

Igualmente para esos mismos años la súper banda Tabou Combo solía presentarse con un marcado éxito, al punto  que la prensa dominicana lo destacaba en sus páginas. Y la televisión dominicana promovía su actuación con un amplio despliegue publicitario, lo que se traducía en un incipiente acercamiento del konpa y la música haitiana al gusto musical del dominicano.  Y por supuesto a la cultura dominicana. Pero ese contacto entre la cultura musical haitiana fue disminuyendo poco por razones que no expondré ahora en estas reflexiones, en otro momento.

Sin embargo, vale la pena resultar que a partir de la década  del 2000, nueva vez en RD se comienzan a presentar agrupaciones haitianas en actividades privadas  y en ocasiones públicas entre las que destacaban Carimi, T-Vice, Boukman Eksperyans o Gracia Delva y Mass Compa. Más exclusivo han sido las presentaciones en el Este del país de la extraordinaria agrupación Strings.

Como se puede apreciar entre Haití y la República Dominicana ha existido el intercambio cultural y musical, en particular. Dominicanos y haitianos se han interesado en ampliar el acercamiento artístico, el cultural. El Gagá es el más vivo movimiento migratorio-cultural que llegó con el desplazamiento de los haitianos, hizo raíces, para hoy formar parte  de la identidad cultural de esta parte de la isla. En Haití el Rara, igual es identidad nacional para los haitianos que lo viven, veneran y respetan.

Fotos Maribel Núñez