En 2015, el mundo prometió acabar con el trabajo infantil para este año. El plazo ha llegado a su fin, pero el trabajo infantil no.
Para acabar con ella en los próximos cinco años las tasas actuales de progreso tendrían que ser 11 veces más rápidas, a pesar de que esta práctica se ha reducido casi a la mitad desde el año 2000, de 246 millones a 138 millones.
Casi 138 millones de niños trabajaban en 2024, de los cuales 54 millones realizaban trabajos peligrosos que podían poner en peligro su salud, seguridad o desarrollo, según el informe publicado este miércoles por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2024, tendencias y el camino a seguir subraya la cruda realidad de que a millones de niños se les sigue negando su derecho a aprender, jugar y, simplemente, ser niños.
Los últimos datos muestran una reducción total de más de 20 millones de niños desde 2020, revirtiendo un alarmante repunte entre 2016 y 2020. A pesar de esta tendencia positiva, el mundo no ha alcanzado su objetivo de eliminar el trabajo infantil para 2025.
Desde el año 2000, el trabajo infantil se ha reducido casi a la mitad, de 246 millones a 138 millones. Para acabar con él en los próximos cinco años, las tasas actuales de progreso tendrían que ser 11 veces más rápidas.
“Las conclusiones de nuestro informe ofrecen esperanza y muestran que es posible avanzar. Los niños deben estar en la escuela, no trabajando”, declaró el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
La agricultura: el sector más grande de trabajo infantil con un 61%
Según los datos, la agricultura sigue siendo el mayor sector de trabajo infantil, con el 61% de todos los casos, seguido de los servicios (27%), como el trabajo doméstico y la venta de productos en los mercados, y la industria (13%), que incluye la minería y la manufactura.
“El mundo ha logrado avances significativos en la reducción del número de niños obligados a trabajar. Sin embargo, demasiados niños siguen trabajando en minas, fábricas o campos, a menudo realizando trabajos peligrosos para sobrevivir”, afirmó Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.