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Ayuntamiento, ciudadanía y planeamiento urbano
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“La cuestión de la migración y el desarrollo de cara al siglo XXI”
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Mes de la Biblia
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Debemos hacer más para mantener limpio el aire que respiramos.La agencia de meteorología advierte que nueve de cada diez personas respiran aire que contiene un alto nivel de contaminantes, siendo los países de ingresos bajos y medios los más afectados.
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Cambio climático, incendios forestales y contaminación atmosférica: un círculo vicioso que acarrea graves consecuencias
El país requiere, con carácter de urgencia un nuevo liderazgo político. Los dirigentes de hoy, en República Dominicana, deben ser capaces de superar el reto que plateó desde sus inicios La Marcha Verde. Es innegable, que el PRM carece de las condiciones requeridas para alcanzar semejante desafío, menos aún, el PRD, el PRSC y el PLD ni se diga.
Entendemos por «ciudadanía» el proceso histórico-social que capacita a la masa humana para forjar condiciones de conciencia, de organización, de elaboración de un proyecto y de prácticas en el sentido de dejar de ser masa y de pasar a ser pueblo, como sujeto histórico plasmador de su propio destino.
Brasil está atado con cuatro nudos gordianos que nadie ha conseguido todavía desatar, para liberarlo de forma que pueda construirse como país soberano y libre.
Establecer una ciudad requiere, necesariamente, la construcción de un entramado de relaciones características de la población que la habita. Estas relaciones son las que determinan los hilos de comunicación entre los diferentes sectores sociales y entre los propios ciudadanos. El antropólogo español Jesús Azcona los concibe como ritos. “Sin ritual resulta difícilmente pensable la vida social,” apunta.
El día 31 de octubre de este año, 2017, se conmemora el quinto siglo de la Reforma Religiosa de la Iglesia Cristiana Católica, con base en Roma.
El proceso de colonización de ayer y la recolonización actual, impuesta por los países centrales, está teniendo el efecto de producir, consolidar y profundizar nuestra dependencia y fragilizar nuestra democracia, siempre amenazada por algún golpe de las élites adineradas, cuando se dan cuenta del ascenso de las clases populares, vistas como una amenaza a sus altos niveles de acumulación.
El lunes 4 de septiembre recién pasado, Irma saltó a la fama de manera tímida. Entre martes y miércoles ya no había nadie en el Caribe capaz de escapar a su soplo encantado y húmedo. Los dominicanos, rezaron a la virgen de la Altagracia, pidiendo que alejara a Irma de sus playas. Y así le hizo caso la patrona, desvió a Irma pero dejó desamparados otros pueblos que le profesan igual fe.
Como si el huracán Harvey no hubiera causado suficiente temor en Texas, el presidente Donald Trump acaba de desencadenar una tormenta de miedo en las comunidades inmigrantes de todo el país.
Hoy en el mundo, y en Brasil, las personas están angustiadas por el miedo a asaltos, a veces con muertes, balas perdidas y atentados terroristas. Los realizados recientemente en Barcelona y Londres, provocaron un miedo generalizado, por más que haya habido demostraciones de solidaridad y manifestaciones pidiendo paz.
El Presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez nombró el pasado miércoles 30 de agosto un nuevo director general de la Policía Nacional. Cuando se redactó el decreto número 321-17 que dispone el retiro del General Peguero Paredes, ya hacía días que la sombra de la destitución lo perseguía incesantemente.
Esta semana, el huracán Harvey, que finalmente se convirtió en tormenta tropical, desató sobre territorio estadounidense la furia de un planeta en pleno calentamiento. Tras su paso por Texas, en la Costa del Golfo de México, cientos de miles de personas fueron desplazadas o quedaron sin hogar, miles languidecen en refugios hacinados y al menos 28 han muerto.
La gravedad de nuestra crisis generalizada hace que nos sintamos como un barco a la deriva, a merced de los vientos y de las olas. El timonel, el presidente, está acusado de delitos, rodeado de marujos-piratas, en su mayoría (con nobles excepciones) igualmente corruptos o acusados de otros delitos.
En Estados Unidos tenemos dos presidentes: el “verdadero Donald Trump” y el “Trump del teleprompter”. El verdadero Trump dice –y tuitea– lo que se le pasa por la mente. El del teleprompter lee desde una pantalla discursos que le preparan. Su voz suena forzada al leerlos, de forma tal que algunas personas comparan estos discursos con el video de un rehén.