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Cultura y sociedad | Por Wooldy Edson Louidor, profesor e investigador del Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana

La democratización de la comunicación en Haití y la defensa de la lengua materna de todos los haitianos, el creole, constituyen dos principales frentes de batalla de Sony Estéus, periodista haitiano que falleció súbitamente en la madrugada del pasado 2 de marzo (ayer), en su casa en Puerto Príncipe.

 La muerte prematura de Sony, uno de los pilares de los movimientos sociales y populares en Haití, dejó en la tristeza a sus amigos y colaboradores;a los miembros de la Sociedad de Animación y Comunicación Social (SAKS), institución que dirigió durante los últimos años; y a la Asociación Mundial de los Radiodifusores Comunitarios (AMARC), de la cual fue vicepresidente para el Caribe.

Trabajé con Sony en SAKS durante el año 2009, como director de programas de la institución, especializada en comunicación popular.

Nuestro director ejecutivo Sony tenía un horario de trabajo muy estricto: llegaba a su oficina a las 6h30 de la mañana. Se sentaba frente a su computador y escuchaba atentamente las noticias. Cargaba siempre con él, como una vieja reliquia, su pequeño aparato de radio de onda corta.

Este periodista haitiano cultivaba el sentido de la actualidad informativa. Nos visitaba frecuentemente en nuestras oficinas para compartir con nosotros, entre risas y preocupaciones, las informaciones que escuchaba y sus comentarios en torno a los hechos, declaraciones y todos los “huracanes” que tejen la trama cotidiana de la vida política de nuestro país desde hace varias décadas.

Para Sony la información, la comunicación no era simplemente una profesión, sino una pasión. Pero una información de calidad y bien ponderada. Una comunicación que viene desde abajo y se orienta hacia la transformación socio-política. Sony tenía una filosofía de la comunicación bien articulada y una postura muy clara en torno al rol ciudadano del periodista.

Luchaba en favor del derecho a la información que, en su caso, no era una retórica vacía, un discurso hueco, sino una realidad que vivía profundamente. Promover y defender este derecho en todos los rincones de Haití: he allí otra pasión de Sony.

Recorría el país para acompañar las radios comunitarias y las organizaciones de base que las fundaron o las apoyaron. Sony conocía muy bien su país. Adoraba el Sur de Haití, principalmente la ciudad “Les Cayes” donde nació y otras localidades sureñas, así como el Norte, el Noreste y el Noroeste del país.

Su agenda de visitas era regularmente sobrecargada de actividades, entre ellas: el diálogo con las organizaciones de base (generalmente campesinas) deseosas de tener sus propias radios comunitarias, la explicación de las condiciones que ellas tienen que cumplir para tener acceso a dichas radios, la necesidad de brindar a la vez formación técnica a los locutores, técnicos y reporteros comunitarios y formación en temas fundamentales sobre derechos humanos, democracia, participación, etc., a todos los miembros de las organizaciones y radios comunitarias.

Sony viajaba mucho en América Latina y a través del mundo, siendo vicepresidente de AMARC para el Caribe. Era una referencia en comunicación popular y radios comunitarias para Haití y el Caribe en general. Pero su prioridad siempre era la visita a las comunidades rurales.

Creía con toda su fuerza que la comunicación popular era una herramienta esencial para “el movimiento popular haitiano”, para el cual las radios comunitarias constituían una punta de lanza porque podían ser utilizadas para sensibilizar y movilizar a todos los sectores sociales en Haití, principalmente aquellas personas y comunidades que viven en las zonas más remotas del país, que no saben leer ni escribir o que no tienen acceso a medios de comunicación más complejos como la televisión, el Internet y radios comerciales e incluso la radio oficial, Radio Nacional de Haití.

Sony fue el principal instigador de amplias acciones de incidencia política orientadas a la adopción del ante-proyecto de ley sobre las radios comunitarias; documento que cristaliza el reconocimiento político y legal de las radios comunitarias en un país donde reinael analfabetismo y un gran número de compatriotas no tienen acceso a los medios de comunicación y, por lo tanto, al disfrute de su derecho fundamental a la información.

La lucha por el reconocimiento social del creole (la lengua materna de todos los haitianos) fue otro caballo de batalla de Sony. La discriminación, de la cual es objeto el creole en los espacios oficiales y los principales campos de actividades e instituciones de Haití, le preocupaba mucho. Como lingüista, promovió el creole como lengua que debía ser hablada y utilizada en documentos y reuniones oficiales. También luchó por la creación de la Academia de la Lengua Creole como primer paso hacia la institucionalización y el reconocimiento social de nuestro idioma materno.

Durante los años que trabajé con Sony, aprendí mucho de él. Fue mi profesor de creole. Corrigió y editó todos los textos y artículos que había escrito para SAKS. El último trabajo que realizamos juntos fue la publicación del libro titulado Haití por sí, [en creole, Ayiti pale] publicado en 2014 por la agencia de información brasileña ADITAL (http://www.amazon.com/Ayiti-pale-reprann-endepandans-yote-ebook/dp/B00QX3O978#reader_B00QX3O978 ). Traduje el libro del francés y del portugués al creole, mientras que él editó la traducción creole.

Sony hablaba bien el inglés y el castellano, además de las dos lenguas de su país Haití: el francés y el creole. Fue, durante muchos años, reportero para Haití de la red informativa de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). Su pasión por el creole no le impidió hablar otros idiomas. De esta manera, contribuyó significativamente a la difusión de la actualidad haitiana en América Latina.

Hoy los movimientos sociales en Haití, amigos, familiares, personas cercanas, colaboradores, SAKS, AMARC, WACC, ALER, el mundo de la comunicación popular, alternativa y de las radios comunitarias, estamos llorando la triste y prematura partida del amigo Sony. Fue una persona respetuosa, gentil, alegre, sencilla, humilde y, sobre todo, orgullosa de su país y su origen social. No lo olvidaremos nunca.

¡Que descanse en paz!

Bogotá (Colombia), 3 de marzo del 2015.