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Opinión | Por Gisell Rubiera Vargas, M.A.

Los procesos de enseñanza- aprendizaje y sus métodos han evolucionado considerablemente en el tiempo, y con ellos surgió una serie de teorías mediante las cuales diferentes pensadores expresan sus puntos de vista sobre algo que parece novedad, pero más bien es una realidad!

Hace unas décadas atrás las cátedras sobre las teorías educativas que pretendían describir los procesos mediante los cuales los seres humanos y los animales aprenden, se concentraban en mostrar las dimensiones de las contribuciones de grandes pensadores como Jean Piaget, Lev Vygotsky,  Frederic Skinner, Jerome Bruner, John Broadus Watson, Howard Gardner entre otros.

De este mismo modo y utilizando como fuentes las teorías del constructivismo, y  conductismo se estructuraron los Curriculum educativos y planes de estudio, de manera que la forma en se enseña en las escuelas está enfocada en estas corrientes pedagógicas, en particular, la Teoría del Aprendizaje de Piaget.

La teoría de Piaget o constructivista del conocimiento nos habla de una percepción de las propias vivencias que siempre están sujetas a los marcos de interpretación del “aprendiz”.

Es decir: somos incapaces de analizar objetivamente las experiencias que vivimos en cada momento, porque siempre las interpretaremos a la luz de nuestros conocimientos previos. El aprendizaje no es la simple asimilación de paquetes de información que nos llegan desde fuera, sino que se explica por una dinámica en la que existe un encaje entre las informaciones nuevas y nuestras viejas estructuras de ideas. De esta manera, lo que sabemos está siendo construido permanentemente.

Todas las teorías de aprendizaje propuestas tomaron como punto de partida el constructivismo y se fueron actualizando y adaptando en la medida de las nuevas realidades del tiempo.

Aun así, el proceso enseñanza- aprendizaje  continúa en el sendero de leyes tradicionales de hace  décadas atrás y el maestro sigue teniendo el protagonismo del proceso.

 Lamentable se asume al docente como el centro de atención y se insiste en la metodología de memorización sin razonamiento lógico- crítico y  en la promoción de  dependencia del estudiante al docente, impidiendo liderazgo y desarrollo de habilidades.

Las teorías mencionadas y que sin lugar a dudas realizaron contribuciones importantes, ignoraban el hecho que los alumnos poseen formas de aprendizaje diferentes al igual que inteligencias múltiples. 

Estos dos nuevos conceptos han ampliado la perspectiva en cuanto a la forma que se aprende  y la inteligencia.

El aprendizaje diferente, se refiere al ritmo con que los alumnos asimilan la información y la forma en que lo hacen. Es decir, que fácilmente una estrategia de aprendizaje funciona con un estudiante y con otro no, por lo cual el sistema está consignado aplicar la táctica que se adapte a él y que presente resultados satisfactorios.

 En cuanto a las inteligencias múltiples, teoría del Dr. Howard Gardner, plantea que no existe una inteligencia general  única, sino que el estudiante tiene diferentes posibilidades para adquirir el conocimiento.

Un estudiante puede ser bueno en las matemáticas, sin embargo puede tener  habilidades limitadas en cuanto al aprendizaje de las ciencias sociales. Esto refiere un mayor desarrollo del pensamiento lógico concentrado en el hemisferio izquierdo.

En este caso, el docente no debe centrar su atención en las limitaciones de los alumnos en otras áreas del conocimiento, más bien debe motivarles a continuar descubriendo y fortaleciendo las habilidades que maneja. En este caso las matemáticas.    

En la actualidad se habla del desarrollo integral del niño, es decir que incluya todos los aspectos del desarrollo (físico, sexual, cognitivo, social, moral, lenguaje, emocional, etc.), en esto se basa la teoría del Desarrollo de las Inteligencias Múltiples.

Reconocer que los alumnos poseen habilidades diferentes contribuye a fortalecer sus habilidades, desarrollar mayor destreza, además de colaborar con su liderazgo como ser humano.

Es importante que los centros educativos reconozcan y asuman el concepto de inteligencias múltiples, lo cual reduciría considerablemente los niveles de deserción escolar, aumenta la participación e integración de los alumnos.

Igual es imprescindible destacar que los padres/madres y la sociedad en sí juegan un papel fundamental. Nos corresponde incentivar nuestros hijos cuando identificamos fortalezas en cualquier área del conocimiento y ayudarles desarrollar las competencias necesarias, ya sea pintura, dibujo, música, etc.

 

 Es recomendable motivarles que lo continúen haciendo, realizar actividades que promuevan su desarrollo o ayudarles definir sus preferencias, pero sobre todo es importante  recordar que todos los niños/as son únicos/as y que debemos promover la educación para el liderazgo, no para la competencia.