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Una pequeña isla del Caribe, conocida como "la flor del océano", fue diezmada por el huracán Iota en 2020. Aunque la pérdida de vidas humanas fue mínima, el impacto en los preciosos ecosistemas cambió la perspectiva de sus habitantes profundamente.
Decenas de miles de hectáreas han sido arrasadas en todo el mundo por las altas temperaturas y las sequías. La agencia de la ONU para el medio ambiente informa que esta destrucción seguirá en aumento.
El mundo experimentó el mes pasado temperaturas récord, pero también anómalas: mientras en Europa y Estados Unidos se batían los registros por la parte alta del termómetro y ardían los bosques, en el Cuerno de África, el sur de la India, gran parte de Asia central y Australia registraron temperaturas inferiores a la media.
El Centro de Investigaciones de Biología Marina (CIBIMA), de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), organizó durante una semana un curso internacional sobre “Taxonomía de invertebrados marinos .
Dos de los mayores embalses de Estados Unidos, que proporcionan agua y electricidad a millones de personas, corren el riesgo de convertirse en pequeños charcos. Este es uno de los resultados de la crisis climática y del consumo excesivo de agua, según los expertos.
Esto se debe a la presencia en la atmósfera de sustancias químicas asociadas con una amplia gama de daños graves para la salud, como el cáncer, la infertilidad y el aumento del colesterol.
Esos fenómenos meteorológicos no son el futuro. Están sucediendo ya. Y ese impacto, junto con el del COVID-19, está afectando no solo a la biodiversidad de la región, sino que también alcanza dimensiones económico-sociales como el avance de la pobreza, el hambre y la desigualdad.
Tenemos una atmósfera dopada, asegura el responsable de la agencia de la ONU encargada de vigilar el clima, que señala como las olas de calor como la que está viviendo buena parte de Europa en estos días serán normales en el futuro.
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) informó que los niveles de algunas de las principales presas del país registraron aumento debido a las recientes precipitaciones dejadas por una onda tropical, lo que asegura el abastecimiento de agua para los acueductos y sistemas de riego que dependen de ellas, así como para la generación hidroeléctrica.
Tras una semana de debates y actos en Lisboa, Portugal, la Conferencia de la ONU sobre los Océanos terminó con el respaldo de los gobiernos y jefes de Estado a una nueva declaración política para salvar esos ecosistemas.
En el mundo hay cerca de 37 millones de niños y niñas refugiados, migrantes o desplazados dentro de sus propios países, según la agencia para la infancia de la ONU, una cifra sin precedentes. Los conflictos prolongados y de gran magnitud, la frágil situación en algunos países, y los efectos del cambio climático son las principales causas.
Las condiciones sofocantes en Europa han llegado antes de lo esperado este año, pero la mala noticia es que son tan solo una muestra de lo que está por venir: olas de calor anticipadas y más sequías severas.
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) informó que todos los embalses del país muestran una disminución leve de sus niveles debido a la reducción de lluvias caídas en las cuencas altas de los ríos que nutren las principales presas, al tiempo que indicó que pese a ello se encuentran abasteciendo la demanda de agua para sus diferentes usos.