Con más de 3000 haitianos asesinados, 1500 secuestrados y 200.000 desplazados internos solo en el primer semestre de 2025, el mandatario describió una crisis humanitaria que ha colapsado la economía, el sistema de salud y la educación.
Su intervención fue un urgente llamado a la comunidad internacional para que la Misión de Apoyo a la Seguridad se transforme en una fuerza robusta y efectiva bajo un mandato claro del Capítulo VII de la Carta de la ONU, que permite el uso de la fuerza para restablecer la seguridad.
El presidente Degrâce respaldó enfáticamente la propuesta del Secretario General Guterres, impulsada por Panamá y Estados Unidos, para crear una misión híbrida con un comando unificado, cuya aprobación en el Consejo de Seguridad es inminente.
La estabilidad de Haití es vital para todo el Caribe
Hizo un llamado contundente a la solidaridad regional, recordando que la estabilidad de Haití es vital para todo el Caribe, y urgió a los miembros del Consejo de Seguridad, en particular a los permanentes, a asumir su responsabilidad y apoyar sin dilación la nueva misión robusta.
Pese a la gravedad de la situación, el presidente Degrâce cerró su discurso con un mensaje de esperanza, apelando a la histórica resiliencia del pueblo haitiano.
Su intervención culminó con un emotivo agradecimiento en criollo haitiano, "Mèsi", simbolizando la dignidad y la fe de su pueblo en superar esta página trágica y construir un mañana en paz.