El gobierno del PRM ha insinuado que procederá a instalar masivamente medidores eléctricos como salida al caos del sector. Supuestamente, dicha medida buscaría cobrar la luz con mayor exactitud, pero la reacción popular ha sido de rechazo: la gente percibe que lo que se pretende es cargarle todo el peso de un problema que es estructural.
Y así es: los llamados "contadores inteligentes" por sí solos no arreglarán nada. Son necesarios, pero no suficientes. Sin un plan integral, seguiremos en lo mismo.
¿Qué hay que hacer?
1. Establecer metas claras para la reducción de las pérdidas: cada EDE debe tener objetivos medibles, con incentivos si cumplen y sanciones si no cumplen.
2. Poner en marcha un programa masivo de normalización de clientes, de modo que se regularice a quienes hoy consumen sin contrato, y esto hecho con respaldo legal y judicial.
3. Establecer ayudas o subsidios de manera bien focalizada que protejan a los sectores más vulnerables mediante transferencias directas, no creando esas tarifas artificialmente bajas para todos.
4. Hay que abrir el mercado a la participación de nuevos agentes, a sabiendas de que a más competencia, más eficiencia y atracción de inversión interna y extranjera.
5. Es imprescindible la promulgación de una ley de transparencia del mercado electrico que establezca cuentas auditadas y abiertas de compras, pérdidas y cobros; nada de cajas negras ni facturación opaca.
6.Obligar a todos los entes que intervienen en el mercado a realizar importantes inversiones en redes hasta renovarlas totalmente; es decir, transformar infraestructura para reducir pérdidas técnicas con financiamiento multilateral.
7. El Estado tiene que pagar la energía que consume, y pagar a tiempo como cualquier usuario, nada de compensación de deudas.
Es decir que el hecho simple de instalar medidores ayuda a facturar, pero no resuelve. La verdadera solución exige reformas profundas, más competencia y transparencia, y un Estado dispuesto a cortar con la ineficiencia.