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En las últimas semanas se ha ido imponiendo una suerte de sentido común de que es en extremo difícil, sino imposible, que la oposición pueda detener el proyecto reeleccionista. Eso se escribe y se dice en diversos medios de comunicación.
Érase una vez cuando el PLD era comesolo, Joaquín Balaguer los sentenció por repartir poco. Los peledeístas, novatos y enchancletados, llegaron al poder de casualidad por el apoyo de Balaguer y su recua conservadora que detestaban la idea de que un negro como José F. Peña Gómez (ay, y de origen haitiano) llegara a la Presidencia.
Como tuvo escasa difusión el documento emitido el 31 de julio por la Comisión Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano, que encabeza el obispo de Mao-Monte Cristi, monseñor Diómedes Espinal, vale reproducir sus párrafos fundamentales, asumiendo este llamado a la cordura como consecuencia de la exhortación del Papa Francisco a los obispos dominicanos para que sean solidarios con los sufrimientos de los inmigrantes haitianos y sus descendientes en el país, en especial de “quienes son privados de documentos o se les niega sus derechos básicos”:
Tras haber desmembrado y absorbido a las dos organizaciones políticas de más tradición, el Partido de la Liberación Dominicana prosigue su política de parcelación del Estado sobre la cual está montando una dominación política de largo alcance que pretenden afianzar en las próximas elecciones.
En marge des élections législatives du 9 aout 2015, tous les yeux sont rivés sur ces dernières qui sont essentielles pour le renouvellement du mandat des représentants du peuple. Dans toutes les rues, l’on peut remarquer les posters, les affiches, les banderoles des candidats brandissant leur message à la nation.
La más reciente celebración de elecciones conjuntas datandel año de 1994. En aquel año se eligieron el presidente y vicepresidente de la República; los senadores y diputados; los alcaldesy sus suplentes. Y además se votó por los regidores y regidoras de los ayuntamientos, que hoy denominamos alcaldías.
El movimiento de las personas dentro de la región del Gran Caribe ha ocurrido desde tiempos inmemoriales y ha atravesado siglos y generaciones. Los habitantes de nuestra región se han movido siempre en busca de mejores oportunidades y progreso económico.
Hace 70 años, el 6 de agosto de 1945, el mundo cambió para siempre. Ese día, Estados Unidos lanzó por primera vez en la historia un arma nuclear contra población civil, la de Hiroshima, en Japón.
En estos días la Presidencia de la República nombró como nuevo Jefe de la Policía al mayor general Nelson Peguero Paredes, quien aseguró que enfrentará “el crimen organizado y la delincuencia con mano dura y en el terreno en que los delincuentes quieran”.
“Al funcionario que se roba los fondos públicos, llamémoslo por su nombre: LADRON”, www.acento.com.do
Al negarnos a usar términos “políticamente correctos” como “malversaciones”, “indelicadezas”, “irregularidades”, “botellas”y otros, le ahorramos al pueblo vueltas para llegar a la verdad de sus males.
Cuando se observan las formas de pensar, manifestar los sentimientos, y concebir las realidades existenciales, parece verdad que hay diferencias entre los haitianos y los dominicanos.
Dicen la verdad quienes afirman que las autoridades haitianas manipulan el tema migratorio para consolidar un poder que los enriquece, al tiempo de mantener su pueblo en permanente estado de miseria y de ignorancia. Pero, mienten con su silencio ante la evidencia de que, en esencia, es lo mismo que hacen las autoridades dominicanas con el nuestro. Ambos recurren al opio del nacionalismo nostálgico para enfrentar nuestros pueblos y de ese modo perpetuarse en el poder.