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Cultura y sociedad | José Luis Soto

Casa Abierta, expresa tener la esperanza que el nuevo “Informe sobre el Uso de Drogas de las Américas de 2015”, que la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA, acaba de publicar y en el que aparece la República Dominicana entre los países donde los consumos problemáticos de sustancias sigue avanzando, actúe como  una alerta roja para el país, postrado  por tantos años en esta política absurda y abusiva. 

 

Este informe destaca el aumento del consumo de heroína en Colombia, República Dominicana y Venezuela, considerada una “tendencia que representa una alerta para América del Sur y el Caribe”. En tal sentido, dicho informe debería  ser una alerta para que de una vez por todas se vea  a los usuarios de drogas desde una perspectiva de salud. Debería generar amplios programas preventivos. Debería servir para comprender la importancia de las entidades sociales que se encargan del trabajo que es responsabilidad primero del  Estado. Estas, en su gran mayoría, no reciben apoyo, o el que recibe es pírrico.  Casa Abierta, es una de las pocas que recibe apoyo, y desde hace más de diez años, no se mejora su asignación presupuestaria. 

República Dominicana tiene una ley, la 50- 88, tan anacrónica (aunque muy acorde a las miradas más conservadoras), que criminaliza y castiga muy  severa e injustamente  a los usuarios. En el caso de la heroína, y otras sustancias,  los enfermos  son considerados traficantes. Esto más que dureza, expresa desprecio hacia una población que sufre.  Y ésta asombrosa muestra de indolencia (que no de desconocimiento), se mantiene por más de 27 años, con el cúmulo de sufrimiento y violación de derechos de tantas personas. Los líderes continúan aferrados a la estrategia del miedo y la ultrarepresión, a costa de  las personas más vulnerables  que ponen los números de una política perversa. Esto no tiene explicación racional. 

Se ha demostrado de forma fehaciente que estas estrategias de “guerra contra las drogas”,  tan corrompidas como fracasadas, solo han sido una gran fuente de violencia y corrupción para el  enriquecimiento. Los países que han pasado por altos  consumos de heroína saben la gravedad de este problema, y,  en general,  han tomado medidas para enfrentarlo, aunque siempre quedan importantes secuelas. 

Nueva vez Casa Abierta, llama al gobierno dominicano, y a todas las personas e instituciones que creen en un futuro mejor para la sociedad, a prestar atención al problema de las drogas. La heroína no es cosa de juego. ¿Qué debe pasar en República Dominicana  para que reaccionemos?