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Cultura y sociedad | Fuente Externa

Un reciente hallazgo hecho en la Amazonía del Perú, en el valle del río Ucayali, corrobora la hipótesis del origen africano de los simios que habitan Sudamérica y llegaron al continente en la época del Eoceno, hace más de 36 millones de años.

 Esta es la datación que hicieron los paleontólogos de un fragmento de mandíbula con tres muelas encontrada recientemente en la selva ecuatorial amazónica. Al compararlos con los restos óseos ya conocidos de distintas especies de primates de África, los científicos llegaron a la conclusión de que tienen la mayor semejanza con un mono extinto que vivía en el territorio de la actual Libia.

Este nuevo primate amazónico ha sido catalogado como 'Perupithecus ucayaliensis' para dejar en su nombre taxonómico cierta alusión a la zona donde fueron hallados los restos, que son casi 10 millones de años más antiguos que los fragmentos de esqueleto más viejos hallados antes en América del Sur. Estos corresponden a un macaco que vivió hace 26 millones de años en el actual territorio de Bolivia.

"Los nuevos especímenes son importantes para entender el origen y la evolución temprana de los primates platirrinos modernos porque tienen poco parentesco con cualquier primate sudamericano extinto o vivo, pero realmente soportan un parentesco con los antropoides africanos de Eocenos, y nuestro análisis filogénico sugiere una relación genética con el taxón africano", reza la sinopsis del artículo científico sobre el hallazgo publicado en la revista 'Nature'.

Una vez detectado el parentesco, los paleontólogos necesitan alguna explicación de cómo los animales atravesaron el océano Atlántico para expandirse luego por América. La versión más probable, creen los autores del artículo, es que los animales viajaron en unos troncos de árboles caídos al agua con los ellos y que acabaron en las costas sudamericanas con las corrientes oceánicas.

Los hallazgos sugieren que el 'Perupithecus ucayaliensis' estaba relacionado con los primates africanos, pero los investigadores afirman que es preciso reunir más pruebas para que esta hipótesis sea confirmada.