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"Es una auténtica catástrofe para Haití tener jóvenes tan violentos, niñas que sufren agresiones a los 15 o 16 años...

Sus vidas quedan marcadas", lamenta William O'Neill, experto de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Haití, en una entrevista con Noticias ONU, con motivo de la publicación de un informe reciente.

En esta entrevista, señala que la violencia extrema también afecta a las personas mayores, citando el ejemplo de estas 15 personas sospechosas de haber dado información a la policía nacional y recientemente asesinadas violentamente, cuyos cuerpos fueron abandonados en las calles.

Para él, estos son dos ejemplos de la violencia extrema que impera en este país caribeño.

El defensor de derechos humanos repasa los esfuerzos que se están realizando, tanto en el terreno en Haití como en Nueva York, Ginebra y otros lugares, para intentar poner fin a la situación insostenible de los haitianos.

Según William O'Neill, las pandillas no tienen ideología política sino que están obsesionadas con "el dinero, la violencia, las mujeres y las joyas".

Ante la debilidad de un sistema policial con una cruel escasez de personal —11.000 agentes para una población de 11 millones—, las ejecuciones sumarias a manos de grupos parapoliciales se multiplican con impunidad, explica, "una muestra de la desesperación de la población".

Lo mismo ocurre con el uso de drones suicidas por parte de la policía nacional, que el experto considera problemático e ineficaz. Para el Sr. O'Neill, la solución solo puede provenir de una "fuerza robusta y bien dirigida, [que] pueda desmantelar las bandas en unas pocas semanas como máximo".

Según él, las bandas "no son muy fuertes" y carecen de capacidad aérea. También insiste en la necesidad de reforzar las sanciones contra los políticos y oligarcas implicados, que tienen cuentas bancarias en París o Montreal, y de poner fin al tráfico de armas desde Estados Unidos.


(Entrevista: William O'Neill, experto de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Haití; comentarios de Cristina Silveiro)