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Dos explosiones casi simultáneas provocadas por suicidas convirtieron hoy una marcha por la paz en Turquía en un escenario de guerra en el centro de Ankara, con al menos 86 muertos y 186 heridos, según el último balance ofrecido por el Ministerio del Interior.

30 fallecieron en el lugar del atentado, mientras que otros 17 murieron tras ingresar en diversos hospitales de la capital, si bien todavía hay más heridos en riesgo de muerte. Forenses de la Policía turca examinan la zona de una de las explosiones en centro de Ankara, que ha provocado decenas de muertos y más de un centenar de heridos. REUTERS/Stringer

Varios de los fallecidos serían simpatizantes del partido pro-kurdo Partido Democrático del Pueblo (HDP), ya que, según los medios locales, las explosiones se han producido junto al lugar en el que se habían dado cita para participar en la marcha.

Miles de personas se estaban congregando ante la estación de trenes de la capital turca, el lugar habitual para iniciar manifestaciones en esta ciudad. Las potentes explosionesdesataron el pánico entre los congregados, incluidos numerosos periodistas.

Las detonaciones fueron tan fuertes que hicieron estallar las gruesas ventanas del edificio ferroviario y, en segundos, cientos de personas quedaban salpicadas por una lluvia de restos de cuerpos humanos, aunque muchos participantes en la marcha intentaban calmar la situación para evitar una estampida que hubiera causado aún más víctimas.

La marcha había sido convocada por el Colegio de Ingenieros, el Colegio de Arquitectos, el sindicato de funcionarios KESK y el sindicato izquierdista DISK. Sin embargo, la marcha contaba también con el apoyo de otros grupos, entre ellos las mayores asociaciones de prensa, que la respaldaban en protesta por las recientes detenciones de periodistas.

Varias de las víctimas mortales de los atentados en Ankara cubiertas con banderas, pancartas y periódicos.. EFE/EPA/STR

Por ahora, ninguna organización ha asumido la autoría del atentado. La manifestación se había convocado en respuesta a la ola de violencia que está experimentando el país tras quedar rota en julio la tregua entre el Gobierno y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Desde la ruptura de un alto el fuego entre la guerrilla kurda del PKK y el ejército turco han muerto cientos de personas en numerosos ataques, atentados y enfrentamientos.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha condenado el atentado suicida comoun "abominable ataque contra la unidad y convivencia", pero agregó que "no se distingue en nada de los actos de terror contra ciudadanos inocentes, funcionarios, policías y soldados", en referencia a los ataques de la guerrilla kurda.


El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también condenó el ataque: "no puede haber ninguna justificación para un atentado tan horrendo contra personas que marchan por la paz", dijo. La Unión Europea, por su parte, instó a todos los turcos y partidos políticos a permanecer "unidos" contra el terrorismo y contra todos aquellos que tratan de desestabilizar el país.