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Noticias | Por Hugo Murno/Periodista e intelectual argentino

Un desaparecido o treinta mil, durante la dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983) da lo mismo: es un horror. Y quienes, como el docente Luis Alberto Romero, habla con poca vergüenza de "franquicias y franquiciados", como lo hace hoy en una nota que lleva su firma y que apareció en la página de Opinión del diario Clarín, despierta (por lo menos) mi indignación y repudio.

No se puede ser más basura que este tipo, hijo del gran profesor José Luis Romero, a quien tuve el gusto y honor y conocer. Que poco favor hace este hipócrita a la memoria de su padre. ¿Puede caerse tan bajo?

Decir que los que sufren por la falta de un hijo, de un hermano, de un padre, de un familiar, un amigo un compañero de trabajo o militancia política, secuestrado-desparecido, seguramente torturado y muerto, asesinado, arrojado vivo al río o al mar desde aviones de la Armada o la Fuerza Aérea, es un franquiciado es ser un reverendísimo mal personaje del sistema.

Repudio al señor (¿?) Luis Alberto Romero. Mi hermana Rosa (Rosita) Murno, mi cuñado Rodolfo (Rolo) Merediz, mis casi cien compañero periodistas y los demás TREINTA MIL desparecidos no dejaron "franquiciados" sino gente dolorida, que sufre por ellos y sigue buscando Verdad y Justicia.