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Salud |

El brote de sarampión localizado en el parque de atracciones de Disneylandia en California en diciembre ya ha afectado a 100 personas, una cifra que engrosa la peor estadística epidemiológica de los últimos veinte años en EE.UU.

 

El incremento de los casos en los últimos años ha estado acompañado por una mayor cantidad de padres que eligen no inmunizar a sus hijos por los supuestos riesgos que ciertos especialistas atribuyen a las vacunas.

Lo curioso es que la proporción de estos padres es más alta entre los hogares que tienen un mayor poder adquisitivo, según expertos consultados por la BBC.

En algunas escuelas de las zonas más acomodadas del sur de California la proporción de alumnos a los que no se les han puesto todas las vacunas preceptivas supera el 50%.

Nina Shapiro, profesora de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, explica los bajos niveles de vacunación por la pérdida de miedo a enfermedades de este tipo ante su menor penetración en las comunidades ricas, y por la información alarmante que circula sobre las vacunas.

Los hogares con pocos recursos valoran más los procedimientos médicos que los de mayor ingreso, según Cynthia Leifer, profesora de inmunología de la Universidad de Cornell (Nueva York).