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Haití se enfrenta actualmente a una grave crisis de derechos humanos, que viene señalada por una violencia extendida, corrupción, además de otras dificultades graves de tipo social y económico. 

A la vez que los problemas que afectan al país son de gran envergadura, quedan algunas posibles salidas para mejorar la situación.  En su declaración de inauguración en el 58º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, Türk llamó la atención sobre el impacto devastador que tienen los flujos ilícitos de armas hacia Haití.  

En una entrevista reciente en Ginebra, William O’Neill, el experto en derechos humanos de las Naciones Unidas sobre Haití designado por el Jefe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Volker Türk, describió el alcance de la violencia, la cual es provocada en gran parte por bandas armadas que controlan zonas extensas de la capital, Puerto Príncipe.       O’Neill también subrayó que la influencia de las bandas se está extendiendo hacia otras regiones, lo que está complicando la situación todavía más.

¿Por qué es tan persistente la violencia en Haití?

Existe una inmunidad generalizada por cualquier delito que se cometa, incluyendo violaciones y abusos graves de derechos humanos, lo que se debe en parte a la corrupción existente y a una gobernanza deficiente.  Esta situación ha conducido a que la población tenga muy poca fe o confianza en sus instituciones, lo que es bastante comprensible.  A esto se suma una pobreza endémica. En Haití la desigualdad es difícil de creer.

El sistema de asistencia social aquí es limitado, apenas existe la presencia del Estado, especialmente en las zonas más marginadas.  La población tiene carencias de todo tipo, desde agua hasta alimentos, incluyendo aire limpio.  Las escuelas y hospitales han cerrado, sobre todo en la capital.  Y las bandas han llenado este vacío.

Y es en las zonas pobres de Puerto Príncipe donde se encuentran más estas bandas.  Además, una de las razones porque existen las bandas es que para muchos jóvenes, no les queda otra elección.  Casi la mitad de los miembros de las bandas son adolescentes o incluso más jóvenes.  Durante nuestra visita en septiembre de 2024, entrevistamos a unos cuantos de estos miembros, y esto es lo que nos contaron:  «No nos quedaba otra elección.» No hay trabajo.  Sus familias están cada vez más hambrientas.  Las bandas les proporcionan una comida caliente al día, algo de dinero, y un arma.  Para muchos de ellos, esa es la mejor opción a la que pueden aspirar.

¿Cuáles son las consecuencias de exponer a niños y niñas a este nivel de violencia?

Cerca de dos millones de niños y niñas en Puerto Príncipe han sufrido algún tipo de violencia extrema: disparos, secuestros, el asesinato de miembros de su familia.  Muchos de ellos han tenido que meterse deprisa debajo de sus pupitres en las escuelas para evitar recibir disparos.  La carga mental y emocional que padecen es inconmensurable.

La exposición a este nivel de violencia perjudica a los niños de múltiples formas.  En primer lugar, se convierten en víctimas.  Aquellos que han cometido abusos horrendos también necesitarán de apoyo para lidiar con el trauma mental o las consecuencias de sus actos cuando quieran seguir adelante con sus vidas.  Necesitarán de apoyo psicosocial y de acceso a rehabilitación y reinserción, al igual que otros niños soldado desmovilizados en otras partes del mundo.  Será necesario desarrollar un programa diseñado para este fin, mediante una estrecha participación con las comunidades afectadas por la violencia de las bandas con el fin de asegurar la aceptación y promover la reconciliación.

¿De qué modo se está usando la violencia sexual?

Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha informado de bandas que usan la violencia sexual para aterrorizar, controlar, dejar claro quién es el que manda, intimidar o simplemente para tener el poder.  La violencia sexual suele estar relacionada con el poder y es por eso que ellos quieren mostrar que están al mando.  Médicos Sin Fronteras publicó un informe definitivo hace solo unos días acerca del incremento pronunciado de violencia sexual en los emplazamientos de personas desplazadas internas, que se tradujo en prostitución, prostitución forzada o mujeres y niñas que resultaron violadas, abusadas sexualmente o atacadas.  Ellas se encuentran en una posición de extrema vulnerabilidad.

Más detalles siguiendo en enlace. https://www.ohchr.org/es/stories/2025/02/haiti-immediate-action-needed-address-human-rights-crisis

 

La población haitiana está sufriendo lo indecible, a la vez que la urgencia por resolver esta crisis aumenta cada día que pasa. Si esta situación se dilata mucho más, puede que no quede mucho que salvar en Haití.

William O’Neill, Experto Independiente de las Naciones Unidas en Haití

¿Cómo repercute esta situación sobre la economía, frágil de por sí?

El coste económico que esto conlleva es devastador.  Haití ya se encontraba antes en una posición de flaqueza.  El coste es tan elevado, para una población inmensamente pobre, que incluso antes de esta crisis comían dos veces al día, ahora, la gente puede comer, si tienen suerte, una vez al día.  Debido a esto, el impacto sobre el derecho a la alimentación es tremendo.  El Programa Mundial de Alimentos ha señalado que por primera vez en la historia del hemisferio occidental, existe una situación de hambruna.

Existe un embargo de armas dictado por las Naciones Unidas, ¿por qué no se aplica?

Francamente, existe una falta de voluntad política para aplicar en todo su alcance el embargo de armas impuesto por las Naciones Unidas.  El flujo continuo de armas y munición hacia Haití está acarreando consecuencias terribles para los derechos humanos.  Muchos otros países de la región están resultando también afectados y estos flujos generan además inseguridad e inestabilidad, lo que da pie a que aparezca el crimen organizado.  Se trata de un problema serio. No obstante, opino que existe una falta de entendimiento sobre la gravedad que este hecho conlleva para el pueblo de Haití y de otros países también.  Las repercusiones en materia de migración suponen asimismo un factor desestabilizador.

¿Cuál es el papel que desempeña Derechos Humanos de las Naciones Unidas y que influencia tiene?

Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha recibido el mandato de apoyar al Gobierno de Haití en sus esfuerzos para combatir los abusos de derechos humanos a través del componente de derechos humanos de la misión política especial, denominada la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH). En Haití, el papel principal que desarrolla Derechos Humanos de las Naciones Unidas es el de recopilar información, sensibilizar y ayudar a entender la situación de derechos humanos, desarrollar las capacidades de organizaciones gubernamentales y comunitarias a la hora de proteger y promocionar los derechos humanos, así como facilitar y evaluar la respuesta humanitaria en aquellos casos donde se necesite protección.  Como ejemplo, la Oficina trabaja intensamente para afianzar el poder judicial.  Los tribunales de Haití afrontan claramente problemas cruciales y apenas están operativos en ciertos aspectos.  Un avance que puede ayudar en este sentido es la iniciativa dirigida por Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito cuya tarea principal es crear unidades judiciales especializadas en asuntos como la corrupción, la violencia sexual y los crímenes en masa.    

La iniciativa conjunta de las Naciones Unidas se ha aliado con el gobierno haitiano para crear Pôles judiciaires (unidades judiciales). Se trata de tres tipos de tribunales con fiscales y jueces especializados, cuyo cometido es encargarse de casos de corrupción, abuso y violencia sexual, y crímenes en masa.  Pero cuando se trata de administrar justicia, creo que a los jueces y tribunales les gustaría funcionar por sí mismos, recibiendo cierto apoyo técnico.  En mi opinión, por ahora, poner a funcionar esas unidades judiciales y quizás ayudar a los tribunales haitianos a ser más funcionales, es la vía más efectiva que podemos adoptar.  Si bien la población haitiana reconoce la necesidad de la intervención internacional para poder restablecer la seguridad, el país sigue confiando en poder volver a restaurar sus propias instituciones judiciales.