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Noticias | Por Redacción Espacinsular

Desde el Palacio de las Naciones en Ginebra, la Jefa de Acción Humanitaria de ONU Mujeres, Sofia Calltorp, instó a la comunidad internacional a convertir el frágil alto el fuego de Gaza en una recuperación liderada por mujeres y niñas.

Ginebra – Como ONU Mujeres, en Gaza y en todo el mundo, estamos en contacto diario con mujeres y niñas cuyas voces deben ser escuchadas... Hemos escuchado a muchísimas mujeres y niñas en Gaza desde que comenzó el alto el fuego, una mezcla de frágil esperanza, profundo agotamiento y silenciosa fortaleza. Ven este alto el fuego como un momento de esperanza, ganado con esfuerzo, frágil y largamente esperado.

Algunos alimentos, medicamentos y agua están llegando a Gaza. Muchas mujeres y niñas, por primera vez en meses, pueden esperar recibir atención médica, ayuda y dormir sin el sonido de los ataques aéreos.

Pero la esperanza, por sí sola, no basta. El alto el fuego puede haber pausado los combates, pero no ha puesto fin a la crisis.

Durante dos años, mujeres y niñas en Gaza fueron asesinadas a un ritmo de aproximadamente dos por hora. Esta cifra solo define la magnitud de esta guerra y atormentará nuestra conciencia colectiva durante generaciones.

Hoy en día, las necesidades de las mujeres y las niñas en Gaza siguen siendo las más altas de todos los tiempos.

Más de un millón de mujeres y niñas necesitan ayuda alimentaria, y casi un cuarto de millón necesita apoyo nutricional urgente. Este alto el fuego es nuestra oportunidad para actuar con rapidez, detener la hambruna donde ha comenzado y prevenirla donde se avecina.

La mayoría de las mujeres de Gaza han sido desplazadas al menos cuatro veces durante la guerra. El alto el fuego es su primera oportunidad para dejar de huir, encontrar seguridad y reconstruir. Pero se acerca el invierno, y demasiadas aún no tienen refugio.

Hoy en Gaza, una de cada siete familias está encabezada por una mujer. Necesitan ayuda que les llegue directamente para poder alimentar a sus hijos, acceder a la atención médica, reconstruir sus medios de vida y recuperar cierta estabilidad tras haberlo perdido todo.

Estas cifras no son solo estadísticas. Son un duro recordatorio de que no habrá recuperación sin las mujeres y niñas que han mantenido viva a Gaza durante la hambruna, el miedo y la huida. Las mujeres y las niñas deben ser las artífices de la recuperación de Gaza. En cada crisis, las mujeres han demostrado que, cuando se les dan los medios, transforman la supervivencia en recuperación y la desesperación en reconstrucción.

Hoy en día Gaza no es una excepción.

Durante más de una década, ONU Mujeres ha trabajado en Gaza con organizaciones lideradas por mujeres y que defienden los derechos de las mujeres. Muchas de ellas no se detuvieron, ni siquiera en los días más difíciles. Siguieron brindando atención, protección y esperanza. Cada mujer que reconstruye una panadería, una clínica o un aula, está reconstruyendo la paz. Cada dólar invertido en ayuda liderada por mujeres es un anticipo de esperanza. Los datos son muy claros al respecto: cuando invertimos en las mujeres, cada dólar genera un retorno de ocho dólares para comunidades enteras.

Porque no se trata solo de hacer llegar la ayuda y a quién llega, sino también de cómo la entregamos. Si no priorizamos las necesidades humanitarias de las mujeres y las niñas, y si no incluimos a las organizaciones de mujeres en la respuesta, la recuperación y la reconstrucción, las mujeres quedarán completamente excluidas del futuro de Gaza.

Todas las partes deben respetar el acuerdo de alto el fuego, plenamente y sin demora. Los Estados miembros deben aumentar la financiación ahora. Si somos sinceros con la esperanza, debemos actuar en consecuencia. Si somos sinceros con la paz, debemos financiarla a través de las mujeres.