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Noticias | Por Redacción Espacinsular

Nueva York – El mundo registra hoy el mayor número de conflictos activos desde 1946, lo que genera riesgos y sufrimientos sin precedentes para las mujeres y niñas.  

El informe del Secretario General de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad de 2025 advierte de que 676 millones de mujeres viven actualmente a menos de 50 kilómetros de algún conflicto mortal, el nivel más alto desde el decenio de 1990. Las muertes civiles de mujeres e infancias fueron cuatro veces mayores que en el período anterior de dos años, y la violencia sexual relacionada con los conflictos aumentó un 87 por ciento en dos años. 

El informe, publicado con motivo del 25.o aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad, en la que la comunidad internacional asumió un compromiso con la protección de las mujeres y su plena participación en los procesos de paz y la seguridad, advierte del peligro de que dos decenios de progreso se desvanezcan.  

“Las cifras de mujeres y niñas asesinadas están alcanzando niveles récord, además de que se les excluye de las mesas de paz y les deja desprotegidas mientras las guerras se multiplican. Las mujeres no necesitan más promesas: necesitan poder, protección y participación igualitaria”, afirmó Sima Bahous, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.  

A pesar de las abrumadoras pruebas que demuestran que la participación de las mujeres hace que la paz sea más duradera, se les continúa excluyendo en gran medida de la toma de decisiones. Mientras que un número creciente de países han desarrollado planes de acción nacionales para poner en práctica la resolución 1325, esto no siempre se ha traducido en cambios tangibles para las mujeres. En 2024, 9 de cada 10 procesos de paz no contaban con ninguna negociadora, y las mujeres representaban solamente el 7% de las personas participantes en las negociaciones y el 14% de las implicadas en procesos de mediación en todo el mundo.  

El informe también expone un peligroso desequilibrio: mientras que el gasto militar mundial superó los 2,7 billones de dólares en 2024, las organizaciones de mujeres en zonas de conflicto solo recibieron el 0,4 por ciento de la ayuda. Muchos grupos de mujeres que trabajan en primera línea de respuesta se enfrentan a un cierre inminente debido a limitaciones financieras. 

“No se trata de datos aislados, son síntomas de un mundo que opta por invertir en la guerra en lugar de la paz, y que sigue excluyendo a las mujeres del diseño de las soluciones”, prosiguió Bahous.  

El informe subraya la urgente necesidad de una revolución en el terreno de los datos de género. En ausencia de datos desglosados, las realidades de las mujeres en las zonas de guerra sigue siendo invisible y, por lo tanto, no se les tiene en cuenta. Cerrar estas brechas es vital para la rendición de cuentas y para situar las experiencias de las mujeres en el centro de la toma de decisiones. 

“ONU Mujeres pide resultados concretos y cuantificables: conflictos resueltos a través de soluciones políticas inclusivas, un mayor número de mujeres liderando reformas en el sector de la seguridad y las iniciativas de recuperación, así como una mayor rendición de cuentas por las violaciones de los derechos, incluido el acceso a la justicia y las reparaciones para las personas supervivientes”, concluyó Bahous.