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La Via Campesina recibió el Premio Navarra de Solidaridad Internacional, la integrante del Comité Coordinador Internacional,  Maria Canil, viajó al País Vasco desde Guatemala para aceptar el reconocimiento, el pasado 21 de noviembre 2017.

Primero, queríamos agradecer como La Vía Campesina  la concesión de este  XV Premio Internacional Navarra a la Solidaridad. Lo entendemos como un reconocimiento a un proceso de resistencia y de construcción de una alternativa más justa y humana.

Aprovechamos también para disculparnos porque ha sido imposible la participación de nuestra Coordinadora Genera,l Elizabeth Mopfhu, de Zimbabwe en este acto y asumimos esta responsabilidad, María Canil de Guatemala y Unai Aranguren del País Vasco, Miembros del Comité Coordinador Internacional de La Vía Campesina.

La Vía Campesina es una articulación mundial de organizaciones campesinas y trabajadoras de la agricultura que aglutina a 200 millones de familias campesinas de todos los continentes. Surge en un contexto neoliberal donde el capital financiero y las corporaciones transnacionales pasaron a dominar la agricultura. Una nueva fase dominada por la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial – que trajeron terribles consecuencias para el campo y para la agricultura en todo el mundo-, dónde  surgió también la necesidad de articular la resistencia popular a escala internacional.

La creación de La Vía Campesina se basó principalmente en acciones de solidaridad,  la urgencia de movilizar la solidaridad como valor fundante ante los desalojos, las represiones, las detenciones e, incluso, las masacres que enfrentaban (y todavía enfrentan) las campesinas  y campesinos de distintas regiones del mundo.  En ese sentido, recibimos el XV Premio Internacional Navarra a la Solidaridad afirmando esta consigna: "Globalizar la lucha es también globalizar la solidaridad, y la esperanza de los pueblos del mundo".

Vivimos en un contexto difícil, de graves crisis que están siendo enfrentadas por la humanidad. Crisis económica, política, medioambiental, de valores y de profundas contradicciones entre el capital y el trabajo. Y en el campo, a nivel mundial, la realidad no es distinta.

Sin embargo, en que este caminar de más de 20 años La Vía Campesina ha sido capaz de articular luchas a nivel global, construyendo una identidad "campesina" politizada, ligada a la tierra y a la producción de alimentos sanos con soberanía. Nuestros miembros representan a los sectores más golpeados por la globalización alimentaria, pequeños y medianos campesinos, jornaleros, sin tierra, mujeres del campo, comunidades indígenas, lo que ha permitido a nuestro movimiento romper  con la división Norte-Sur, integrando a La Vía Campesina organizaciones de todo el planeta.

La emergencia de La Vía Campesina como una ruta sostenible frente al modelo depredador del agronegocio,  ha aportado una nueva mirada a las políticas agrícolas, a la alimentación y al campesinado, tanto en nuestro territorios como a nivel internacional. No se formularán más políticas sin que nuestras voces sean escuchadas en voz alta, o sin estar sobre la mesa los temas de los derechos campesinos, la agroecología, la reforma agraria y sobre todo, la soberanía alimentaria.

La globalización alimentaria, diseñada por y para la agroindustria y la gran distribución privatiza los bienes comunes; y acaba con quienes cuidamos y trabajamos la tierra, convirtiendo  a la comida en un negocio para lucrar. La liberalización de la agricultura, es una guerra contra el campesinado. Se trata de políticas que, amparadas por instituciones y tratados internacionales, están poniendo en riesgo a quienes garantizamos la Soberanía Alimentaria y alimentamos a los pueblos.

Queremos remarcar el papel que han jugado y están jugando las mujeres campesinas en la resistencia y en la defensa de una agricultura ligada a la tierra que pone en el centro la vida y no la especulación y el dinero. Entendiendo como caracteres estratégicos de la lucha por la soberanía alimentaria; la igualdad de género; la defensa y el cuidado de la tierra y del territorio; la defensa de los bienes naturales; las semillas como patrimonio de los pueblos; la agroecología y la biodiversidad.

Como La Vía Campesina seguimos creciendo, y nuestra propuesta política se fortalece. Cada vez más estamos siendo un referente político internacional, por ejemplo en la puesta en marcha de una declaración internacional en el marco de la ONU sobre Derechos Campesinos, en la defensa de nuestros bienes comunes, en la implementación de procesos agroecológicos, en la defensa y construcción de nuevos mercados, en la incorporación de personas a la actividad agraria, todo ello, dentro de una estrategia integral que compartimos entre todas las organizaciones (casi 200) que hacemos parte de La Vía Campesina. Para ello, hacemos una lectura común de cuales han sido y son nuestras amenazas y sobretodo diseñamos nuestras estrategias y desafíos de futuro, que creemos que están bien definidas en el llamado de nuestra VII Conferencia celebrada en Derio en Julio del 2017.

Alimentamos nuestros pueblos: Somos productores y productoras de alimentos no de materia prima para la especulación. Para ello necesitamos acceder a bienes como el agua, tierra, semillas, bosques, también necesitamos políticas públicas que nos acompañen para que por ejemplo, en nuestros comedores escolares hay producto local o para tener acceso a los mercados locales. Pero sobre todo lo que necesitamos es proteger al campesinado que ya está produciendo alimentos y animar e instalar más campesinos en regiones como Europa donde el campesinado solamente representa el 3% de la población activa.

Construimos movimiento: La responsabilidad sobre la tierra, el agua, las semillas y en general sobre la alimentación no es solo del campesinado, es de toda la sociedad. Por eso, necesitamos construir alianzas con otros sectores, agentes y movimientos. En un contexto de división, La Vía Campesina ha sido capaz de crear unidad en nuestra inmensa diversidad como movimiento. Por lo cual, es fundamental seguir tejiendo alianzas tácticas y estratégicas con la clase trabajadora, identificando retos y amenazas que nos afectan como jóvenes, mujeres, y en general al conjunto de la sociedad. Es necesario crear alianzas con agentes sociales pero también desde las instituciones, donde la construcción de políticas públicas desde lo local puede acelerar el proceso de construcción de la soberanía alimentaria en nuestros pueblos.

Cambiar el mundo y los mundos: La voz de Vía Campesina está presente en todo el mundo y cada vez es más escuchada, además es la voz de un movimiento que genera esperanza. Por eso, la solidaridad entre nuestros pueblos es un valor vital para construir un mundo fraterno y solidario y para poder sembrar nuestro verde esperanza en todos los rincones del mundo.

En este camino este reconocimiento mediante el premio que se nos ha otorgado hoy aquí, nos da aliento para continuar trabajando por un mundo más justo y humano.

"Alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo"