El Worldwatch Institute, una prestigiosa institución de acreditación internacional, acaba de entregar a las autoridades dominicanas un estudio para el “Aprovechamiento de los Recursos de Energía Sostenible de la República Dominicana, que es la continuación del realizado en el 2011, “Estrategia para un Sistema de Energía Renovable”, cuya primera “Hoja de Ruta” fue diseñada hace dos años.
Este tercer informe presentado esta semana al Ministerio de Energía y Minas no hace otra cosa que aterrizar la hoja de ruta hacia las energías sostenibles que ya había sido señalada en los dos anteriores, y hay que mantener la esperanza de que esta vez será tomado seriamente en cuenta por los responsables del desarrollo energético, ahora que por todo el mundo crece la preocupación por el incremento de energías amigables al medio ambiente que reduzcan las emisiones de gases responsables del efecto invernadero que tanto preocupa a instituciones y personas de visión.
El estudio parte del diagnóstico de la realidad energética nacional, donde el 85 por ciento de la energía que consumimos proviene de combustibles fósiles, que no solo generan contaminación, sino que son mucho más caros. La tendencia universal es a una mayor explotación de las energías renovables.
“Esta guía ampliada permite ver con mucho más claridad los beneficios sociales y económicos de las soluciones de energía sostenible. Con una abundancia de recursos solares, eólicos, hidroeléctricos y de biomasa, la República Dominicana tiene el potencial de revolucionar la manera en que produce y consume electricidad”, indica el estudio.
Apenas oscila entre 10 y 15 por ciento, dependiendo de la disponibilidad de agua para las hidroeléctricas, la proporción de energía renovable instalada en el país, aunque hace décadas que los estudios privilegian las pequeñas presas y los proyectos eólicos y solares. Resalta la inversión de la empresa Ege Haina que con un centenar de millones de dólares genera hasta 33 megavatios en Los Cocos, Pedernales.
Al abordar la potencialidad del país para generar energía sostenible, el informe privilegia la solar, derivada de la ubicación geográfica del país, indicando que virtualmente duplica la de Alemania, que cuenta con casi la mitad de la producción mundial de esta fuente, sin tener el privilegio solar dominicano. Se sustenta que la producción de energía basada en combustibles fósiles “provoca una contaminación local significativa y altos costos al sistema de salud, además de contribuir al cambio climático global”.
Como su antetítulo indica, este estudio presenta toda una hoja de ruta hacia las energías sustentables, con costos que pueden reducirse hasta la mitad de las fuentes predominantes, recomendando un fuerte cambio de políticas públicas para incentivar las inversiones con escalas hasta el 2030.
Hay que resaltar que desde el primer estudio del Worldwatch Institute, hace cuatro años, se identificaron 78 sitios en la geografía nacional para la generación solar y se ponderaba la favorabilidad del viento y de los pequeños proyectos hidráulicos. Pese a lo cual, absurdamente, el gobierno se ha embarcado en una costosa instalación que los expertos proyectan hasta de 3 mil millones de dólares, incluyendo la transmisión, para producir del carbón, la peor fuente, que el mundo tiende a eliminar.
Ahora que tenemos todo un Ministerio de Energía y Minas, hay que mantener la esperanza de que estos estudios tendrán mejor uso que el archivo, siquiera para justificar sus costos.