"El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Estos dos desafíos van de la mano y deben abordarse conjuntamente para proteger la salud de nuestro planeta, nuestras comunidades y nuestras economías", afirma la Secretaria General Adjunta de la OMM, señora Ko Barrett.
La quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas que contribuyen al cambio climático son también fuentes de contaminación, como el carbono negro, el óxido nitroso y el ozono troposférico, que a su vez agravan el cambio climático. Es un círculo vicioso.
"Los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica no entienden de fronteras nacionales, como lo demuestran el intenso calor y la sequía que alimenta incendios forestales que, a su vez, empeoran la calidad del aire para millones de personas. Debemos mejorar el monitoreo y la colaboración a escala internacional para resolver este reto mundial", dijo la señora Barrett.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire ambiente causa más de 4,5 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo, y ello acarrea enormes costos medioambientales y económicos.