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NUEVA YORK, Estados Unidos.- Para combatir estos "cuatro jinetes" que "obstaculizan cada aspecto de nuestro futuro compartido", el titular de la ONU ha presentado sus prioridades en el año 2020, que incluyen el lanzamiento de la Década de Acción para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030.

“Veo ‘cuatro jinetes’ entre nosotros: cuatro amenazas inminentes que ponen en peligro el progreso del siglo XXI y ponen en peligro las posibilidades del siglo XXI”. Con estas palabras el Secretario General de la ONU ha diseccionado la situación internacional actual.

António Guterres fue desgranando cada uno de esos jinetes (en referencia a los cuatro del apocalipsis) empezando por las tensiones geopolíticas de las que el mundo ha sido testigo en los últimos años.

“Los conflictos devastadores continúan causando una miseria generalizada. Los ataques terroristas tienen un precio despiadado. La amenaza nuclear está creciendo. La guerra y la persecución han obligado a más personas a abandonar sus hogares que en ningún otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Las tensiones sobre el comercio y la tecnología siguen sin resolverse. El riesgo de una gran fractura es real”, declaró.

Alertó también de que estamos corriendo el riesgo de perder los pilares de la arquitectura internacional de desarme y control de armas sin alternativas viables.

“Sí, las Naciones Unidas continúan brindando ayuda para salvar vidas a millones de personas que lo necesitan desesperadamente. Pero el alivio temporal no sustituye las soluciones permanentes”, dijo el Secretario General para quien “la prevención debe orientar todo lo que hacemos mientras nos involucramos en el proceso de paz”.

Por ese motivo, se debe fortalecer la capacidad de mediación de la ONU y sus herramientas para mantener la paz, que deben conducir al desarrollo a largo plazo.

Tras destacar que las operaciones de paz de la Organización están siendo cada vez más efectivas en la protección de los civiles, indicó que no obstante  se necesita “crear las condiciones para la aplicación efectiva de la paz y las operaciones antiterroristas” por parte de los socios regionales de la ONU, “de conformidad con el capítulo VII de la Carta y con un financiamiento predecible”.

Y añadió: “debemos centrarnos en las raíces de la crisis y la agitación, combatiendo los impulsores de la violencia y el extremismo, desde la exclusión hasta la desesperación económica, desde la misoginia violenta hasta los fracasos de la gobernanza. El año pasado, lancé los primeros planes de acción para combatir el discurso de odio y salvaguardar los sitios religiosos. Este año, convocaré una conferencia sobre el papel de la educación en la lucha contra el discurso del odio”.