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PUERTO ESPAÑA, Trinidad y Tobago. El embajador de la República Dominicana en la isla inglesa de Trinidad y Tobago, José Serulle Ramia, advirtió hoy que las guerras sólo traen destrucción masiva y drama a los territorios, Estados y poblaciones del mundo.

"Una pandemia como la que se está viviendo hoy, que en menos de cinco meses ha causado casi 6 millones de contagios y cerca de 400 mil muertes, no tiene nada que ver con una guerra, que todo destruye", indica el diplomático dominicano.

Expresa  que es responsabilidad de los Estados y desvelo de los pueblos combatir toda forma de conflicto que pueda llevar a una conflagración de consecuencias imprevisibles.

Señala que dada la concentración y modernización de armas y el poder destructivo de las ojivas nucleares, a nadie que tenga un mínimo de sentimiento humano se le puede estar ocurriendo actuar en la dirección del uso de tan mortíferas armas. "Este tipo de actitud constituiría un crimen lesa humanidad y un abominable y absurdo comportamiento frente a la historia y al devenir de la especie humana".

Asimismo, manifiesta que  una guerra de colosales dimensiones podría acelerar el daño que se le ha hecho a la madre naturaleza y agrandaría los factores que conllevan a la pérdida del equilibrio ecológico de nuestro planeta.

"En estas circunstancias, es un deber de todo Estado responsable, que se precie de ser representante real de la nación que dirige, actuar con la mayor decisión de preservar, por encima de todo, la paz mundial.

Expresó que la Organización de las Naciones Unidas está llamada a velar, al margen de  intereses específicos de una nación u otra, por los sagrados intereses del conjunto de países que la conforman. Ahí radica su legitimidad y también su necesaria preservación como entidad multilateral. Más, en esto descansa su alta responsabilidad como máximo organismo responsable del mantenimiento de la paz.

El respeto a la soberanía y autodeterminación de Estados y pueblos es un componente clave para garantizar la armonía en lo internacional, dice el embajador Serulle Ramia en una reflexión que realizó en el marco de la presente pandemia y la amenaza que representa para la humanidad.

"En este momento, cuando la pandemia de la Covid-19, continúa afectando seriamente la vida del mundo, se impone que los Estados multipliquen sus iniciativas y políticas de cooperación". Y señala, "En este campo, los países están llamados a ampliar el intercambio de informaciones y conocimientos científicos e innovaciones médicas para enfrentar el microorganismo que ha desafiado a la humanidad. Esto, con la finalidad de que se haga prevalecer una buena y eficiente gestión de la pandemia, así como una adecuada interacción con el organismo rector de la salud a escala planetaria: la Organización Mundial de la Salud.

América Latina y el Caribe son víctimas de un creciente avance de la pandemia, no obstante los esfuerzos desplegados por sus Estados y sus propias poblaciones. Y según la ONU, el subcontinente podría, a causa del nuevo coronavirus, poner a casi 14 millones en riesgo de hambre. 

América Latina rebasa ya las 50 mil muertes.

En Estados Unidos de América, el epicentro actual de la pandemia, donde viven millones de latinoamericanos y caribeños, se registra más de 1.7 millones de casos de contagios y más de 104 mil personas fallecidas. Miles y miles de trabajadores y familias inmigrantes de nuestro subcontinente han sido afectados por el virus en esa nación vecina.

Todo esto agranda la pena de todos nuestros pueblos y nos llama a estrechar sin cortapisas nuestros vínculos solidarios.

En ese contexto, manifiesta el embajador en Trinidad y Tobago y Representante Permanente ante la Asociación de Estados del Caribe, doctor José Serulle Ramia, que   se impone que los Estados de América Latina y el Caribe logren convocarse para, primero, compartir experiencias, coordinar esfuerzos, capacidades y recursos en el combate a la pandemia y, segundo, asumir una posición conjunta a favor de la cooperación y de la paz.