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Sorpresas, en las elecciones recién pasadas, las hubo y muchas. Pero la victoria pírrica del Dr. Leonel Fernández no fue una de ellas. Los lectores de esta columna, la cual es escrita desde un campo de Santiago, desde Don Pedro, lo saben.
El 7 de marzo de 1965, día que se conoció como “Domingo Sangriento”, 600 afroestadounidenses y activistas del movimiento por los derechos civiles partieron de la ciudad de Selma, en el estado de Alabama, en una marcha hacia Montgomery, capital del estado, para exigir el derecho al voto.
Pinté –o traté en la entrega anterior—, cómo el tsunami político de la coalición que encabeza el Lic. Luis Abinader derrotó al PLD, dejándolo con la mirada pegada en el cielo: “Señor, ¿por qué a mí?”
Prosas sueltas en tiempos de coronavirus
[UN LLAMADO AL PUEBLO DOMINICANO Y A LOS PUEBLOS DEL MUNDO]
¡Cuánto extraño a mi tierra!
Solo te pido una cosa, pueblo amado: sé prudente por favor
Vivimos actualmente tiempos sombríos, de mucho odio, ausencia de refinamiento, y especialmente de falta de amor. La historia no es rectilínea ni la propia evolución del universo lo es. Pasa del orden (cosmos) al desorden (caos), de lo sim-bólico (lo que une) a lo dia-bólico (lo que separa), de las sombras a la luz, de thánatos (las negatividades de la vida) a eros (las excelencias de la vida) y de Cristo al Anti-Cristo.
De tanto ganar, olvidaron perder. Sumaban ya cuatro periodos consecutivos encabezando todas las instancias del poder político. Pero el tsunami electoral del 5 de julio les arrancó el alma y los dejó desnudos, sin la Presidencia, sin la hegemonía absoluta del Senado, sin la mayoría simple de la Cámara de Diputados y sin la mayoría de los municipios del país.
Desde que se lanzaron dos bombas atómicas primarias en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, la humanidad ha creado para sí una pesadilla de la que no ha podido liberarse.
Son muchos nuestros hermanos y hermanas indígenas que están muriendo por causa de la Covid-19 por y la falta de atención de la política genocida y etnocida del actual gobierno brasileño.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, violó la ley el miércoles cuando aterrizó en el Aeropuerto Internacional Hartsfield Jackson de Atlanta y saludó gente sin usar tapabocas. La alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, declaró a la cadena informativa MSNBC:
Hasta el día de hoy la preocupación sobre la Covid-19 se centra en la medicina, la técnica y todos los insumos que eviten la contaminación de los trabajadores de la salud. Se busca urgentemente una vacuna eficaz.
Sí, sí, sí, ya sé. Ésta columna apoyó, apoya y defenderá el cambio generacional en la política dominicana. Sobre todo, ahora que un fantasma recorre el mundo, el fantasma de cero corrupción y cero impunidad.
La vida humana, ese trajinar del hombre sobre la tierra, es una lucha constante. Un combate que se alterna entre un periodo largo de guerra y un espacio corto de paz. En la guerra la primera víctima es la verdad, pues prevalece la propaganda, ya sea sucia, limpia o mixta. Sin embargo, en las elecciones recién pasadas –una guerrita de baja intensidad, amplificada en las redes sociales--, la primera víctima fue la amistad.
Mní wičhóni. El agua es vida. En cualquier idioma, sea lakota, inglés o español, es una pura verdad.